Un área semicircular que sirve de dormidero es el hogar de decenas de lobos marinos. "Las Loberas" está localizada sólo a cuarenta minutos en bote partiendo desde la playa El Dorado, un viaje tranquilo que nos prepara para la emoción de contemplar la calidez y tranquilidad del jugueteo de una cría con su madre mostrando en toda su dimensión la libertad de la naturaleza.

Los otarias o "lobos chuscos", como comúnmente se les conoce, reciben a los turistas con fuertes rugidos mientras otros simplemente se muestran tranquilos e imperturbables entre el agua y los riscos.

Esta especie puede llegar a vivir hasta 24 años y habitan en grupos que superan los cuatrocientos especímenes; un macho puede tener de 4 a 5 hembras.

Los lobos marcan su territorio mediante el rugido y el fuerte olor hormonal que despiden como una advertencia a quien se acerca. Por este motivo, se suscitan brutales batallas. Según Rómulo Loayza, biólogo de la Universidad Nacional del Santa (UNS), "no hay un estudio exacto de esta población". "Los otarias pueden llegar a medir más de 2 metros y superar los 300 kilos. Su periodo de vida oscila entre los 5 y 7 años", precisó.

Según los pescadores, estos mamíferos en su afán de alimentarse suelen rasgar las redes de pesca, provocando que sean atacados a golpes, lo cual ha vuelto al hombre en su principal depredador.

Estos hechos gradualmente contribuyen a la reducción de la población de esta especie, sobre lo cual nuestras autoridades deben hacer algo, como dictar normas de preservación de estos animales.

DATO

Los lobos marinos son carnívoros y oportunistas, comen peces, cangrejos, almejas y langostas, no mastican hacen grandes bocados; pero sí rompen las conchas de los crustáceos con sus dientes.

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