Falta de control, vacíos legales o deficiencias de diseño son algunas de las razones que han colocado a las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en la mira de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).
Según un informe de la Sunass publicado en setiembre pasado, el 90% de dichas plantas no cuenta con autorización de vertimiento o reúso de aguas residuales, lo que genera, entre otros problemas, un serio riesgo de contaminación.
SITUACIÓN. En 2010, con la aprobación de la Ley de Recursos Hídricos, se generó la obligación de inscribirse en un programa de adecuación (PAVER) y presentar un plan de manejo ambiental (PAMA) para obtener el permiso que emite el Ministerio de Vivienda. Las PTAR tenían un plazo de cuatro años para cumplir con este requerimiento.
Desde esa fecha se han creado 25 nuevas plantas y ninguna ha obtenido una autorización, según datos de la propia Sunass. De las 163 PTAR que existen a nivel nacional, solo seis tienen licencia para reúso o vertimiento. Otras 56 se inscribieron en el PAVER, pero de ese grupo 23 no presentaron su PAMA. Las 99 plantas restantes operan sin registro ni plan.
Según la normativa vigente, operar en las condiciones descritas supondría que los administradores de las PTAR, en la mayoría de casos empresas prestadoras de servicios (EPS) como Sedapal, deberían recibir una multa de entre 5 y 10 mil UIT, lo que superaría los 38 millones de soles.
Serio riesgo
49 PTAR vierten sus aguas residuales en ríos y lagunas, 19 PTAR las arrojan en quebradas secas y 22 las filtran hacia los humedales.