Agentes femeninas destacan por su valía y profesionalismo en distintas unidades y en diversos grados, y enriquecen la labor de la institución.
Agentes femeninas destacan por su valía y profesionalismo en distintas unidades y en diversos grados, y enriquecen la labor de la institución.

La igualdad de género y oportunidades tantas veces mencionada de manera superficial en docenas de instituciones y entidades, es una realidad tangible y auspiciosa en la Policía Nacional del Perú.

Así se puede comprobar con las cifras que la institución compartió recientemente con Correo, en el marco del Mes de la Mujer, que hoy despedimos a nivel nacional. La data revela que el cuerpo policial del país está integrado por 23,776 agentes femeninas, con diversos grados y cargos de enorme responsabilidad. (Ver infografía).

Responsabilidad. Una de estas dedicadas mujeres es Shirley Asto Vargas, jefe de la División de Tránsito y Seguridad Vial de la Policía, quien llegó a dirigir esta importante unidad, luego de recorrer distintas divisiones, como la de Salvataje, donde destacó entre sus compañeros y colegas, a pesar de las injustificadas desconfianzas   generadas por su género.

“Vemos mujeres en la USE  (Unidad de Servicios Especiales), en la unidad de Salvavidas. En las escuelas de formación vemos mujeres pilotos de helicópteros y de y de aviones, es decir, que sí, estamos desempeñando funciones que antes eran netamente de varones”, comentó la coronel a este diario.

Asto Vargas recordó que la incorporación de la mujer a la Policía va a cumplir 68 años, gracias a que en 1956, ingresaron las primeras 40 “jovencitas intrépidas” a la institución.

En 1992, la Policía abrió las Escuelas de Oficiales a las mujeres, a fin de insertarlas en los niveles superiores y puedan comandar diferentes unidades especializadas.

“La Policía ha tenido un crecimiento institucional al involucrar a las mujeres en las diversas tareas que respectan a la seguridad pública”, señaló.

Pasión

Además del profesionalismo e ímpetu, las agentes femeninas también destacan por la pasión que ponen en sus respectivas labores, una que muchas veces se desarrollan a la par del enorme rol de ser madre, destacó en diálogo con Correo Elena Vadillo Carrillo,  una de las dos mujeres que integró el Grupo Especial de inteligencia (GEIN), que capturó al terrorista Abimael Guzmán.

“Aquí se necesita tener vocación, la convicción de que si tienes que dar la vida por el bien de tu país, la das”, recalcó la también conocida como “Morocha” del GEIN.

Vadillo Carrillo recordó que nunca fue estigmatizada por su condición de mujer, y que más bien, recibió el apoyo de sus compañeros y jefes de armas.

Tal es así, recordó, que se siente bendecida por haber sido parte del GEIN y de haber participado en la denominada captura del siglo. “Ser policía es un honor. A pesar que di un paso al costado, moriré siendo policía”, recalcó.

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