Mensaje a la Nación fue un listado de buenas intenciones
Mensaje a la Nación fue un listado de buenas intenciones

Con algunos minutos de retraso, el mandatario inició el esperado Mensaje a la Nación a las 11:23 horas, haciendo un repaso por algunos logros de su administración y dejando de lado cualquier autocrítica a los errores de su Gobierno, convulsionado por las protestas en las calles y los índices que revelan el más bajo nivel de popularidad en lo que va de su gestión.

SIN AUTOCRÍTICA. Humala comenzó su alocución señalando que debemos estar "satisfechos" del grado de rectificación del Gobierno no haber perdido la capacidad de aprender a nuestros al señalar que las últimas turbulencias -motivadas por la 'repartija' en la elección de cargos para el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva- son muestra de la capacidad de corrección de su mandato en favor al fortalecimiento de la democracia. "Debemos sentirnos satisfechos de no haber perdido la capacidad de aprender de los errores y los últimos acontecimientos son una muestra de ello", manifestó.

Entre los aplausos de sus correligionarios y los simpatizantes del nacionalismo que abarrotaron las galerías del hemiciclo, el jefe de Estado sostuvo que "la esperanza de tener el país que queremos no es una quimera, sino un objetivo alcanzable", tras renovar su compromiso de mantener el rumbo de su gobierno en pos de la inclusión social.

BUENAS INTENCIONES. No obstante, durante su discurso, que duró 1 hora y 3 minutos, Humala no ahondó en los mecanismos que dirigirá el Gobierno para dicho fin. "Este proceso exige que se reorienten los esfuerzos del Estado, sus prioridades y acciones. Hemos avanzado en esta tarea, pero aún hace falta ordenar la casa, fortalecer la democracia y sus instituciones", se limitó a indicar.

El único elemento probablemente nuevo de su discurso sí que fue el anuncio para evitar que la economía peruana se vea afectada por la desaceleración de la economía a nivel internacional, dando a conocer medidas a corto plazo para alentar las iniciativas privadas en el país. Después, el mandatario se enfrascó en una lista de buenas intenciones ante la representación nacional, con especial énfasis en el objetivo convertir al Perú en un país industrializado, "que dependa cada vez menos de sus materias primas y cada vez más del talento de sus jóvenes".

Ello pese a que los anuncios en los sectores Educación, Salud y Seguridad generaron gran expectativa en la población. No obstante, el presidente vio por conveniente referirse solamente al "impacto transformador" del programa asistencial 'Beca 18' en los jóvenes de escasos recursos y descartar despidos de trabajadores públicos en la Ley del Servicio Civil –única reforma estructural de su Gobierno- asegurando que esta norma busca la meritocracia y profesionalización del servidor.

Bajo la atenta mirada de su esposa, Humala finalizó su discurso reafirmando su "voluntad de luchar y trabajar en conjunto" y sorprendiendo con la inusual frase: "¡Que viva por larga vida el Perú!".

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