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Bocinazos por doquier, gritos airados de los cobradores, procesión de autos, conductores estresados; en las veredas, personas chocándose unas a otras. Ese fue el escenario que se registró ayer, desde tempranas horas, en el interior y en las inmediaciones del terminal Naranjal de , en Independencia.

Según testigos, el inesperado colapso en dicho terminal y en otras estaciones, que sorprendió a miles de usuarios del servicio, habría sido porque un gran grupo de personas que antes usaba el , cerrado en su totalidad hasta diciembre, abordó ayer El Metropolitano para llegar a tiempo a su destino.

La situación se agravó porque los conductores de autos particulares, taxis y colectivos, en su búsqueda de nuevas rutas tras el cierre del citado puente, optaron por circular por las avenidas donde pasan los buses del Metropolitano.

“Aún no sabemos exactamente lo que ocurrió, pero en un primer monitoreo evaluamos que (ayer) hubo una gran demanda”, dijo a Correo una fuente de Protransporte.

Los pasajeros no tenían información sobre las causas de la demora de los buses y estaban desesperados, porque llevaban largos minutos esperando en los embarques

“Todos vamos a trabajar. Los responsables del Metropolitano creo que no lo saben. El descuento que me hacen por llegar tarde nadie me lo cubrirá”, se quejó una usuaria. “Hay un caos tremendo. Somos miles los pasajeros de Lima Norte que nos trasladamos hacia distintos puntos de la ciudad”, dijo otra.

El plan

Fuentes de Protransporte informaron a este diario que trabajan en un plan para reducir el tiempo de espera en los embarques.