Planta La Chira espera iniciar operaciones recién en marzo de 2016
Planta La Chira espera iniciar operaciones recién en marzo de 2016

La construcción de la planta de tratamiento La Chira, en Chorrillos, ha estado marcada por etapas de avance lento y paralizaciones, originadas por trabas burocráticas o exigencias de la naturaleza, pero que en el balance final han generado el mismo resultado: la obra, en la actualidad, no está operando.

Al anunciar el proyecto, entregado en concesión en 2010, se dijo que con él se lograría tratar el 100% de las aguas servidas que genera Lima, que se recuperarían los ecosistemas acuáticos cercanos y que se reduciría el índice de enfermedades de origen hídrico.

Hoy, aunque las obras están casi terminadas, ninguno de esos objetivos se ha cumplido.

El diseño tiene tres grandes divisiones: el túnel de recepción, la planta de tratamiento y el emisario submarino (ver infografía). Las dos primeras etapas están completas y listas para funcionar, según comentó Álvaro Delgado, gerente de Ingeniería de Concesionaria La Chira.

No obstante, la construcción del emisario solo está avanzada al 80%. Los oleajes anómalos registrados desde el año pasado complicaron los trabajos, precisa Delgado, tras asegurar que en varias ocasiones tuvieron que detenerse.

La demora más significativa se produjo antes de iniciar la construcción. Entre mayo de 2012 y junio de 2013, la obra no se inició porque el Estado demoró la entrega de varios permisos.

El caso más grave fue el de la Municipalidad de Chorrillos, que tardó ocho meses en dar una licencia.

Calendario. Lima genera 45 metros cúbicos de aguas residuales por segundo, de los cuales el 25% no recibe el tratamiento. De ese porcentaje, la mitad es líquido contaminado que termina en el mar a través de colectores, reconoce Francisco Dumler, viceministro de Construcción y Saneamiento. De ahí que la operación de La Chira es considerada vital.

En lo que va de este gobierno, el Ministerio de Vivienda, como concedente del proyecto, ha recibido y aceptado dos pedidos de ampliación para el plazo de ejecución, según confirma Dumler.

Sedapal, como entidad administradora, sostiene que sí hubo retrasos en la ejecución, pero por causas naturales.

“En muchos casos, los oleajes anómalos motivaron que los trabajos se paralicen por días o semanas, lo que ha impactado en el cronograma de obras sensiblemente”, asegura Olencka Arroé, jefa de Gestión de Proyectos Público Privados de Sedapal.

De no mediar acontecimientos que alteren el comportamiento del mar, la obra se concluirá a fines de diciembre de este año y empezará a funcionar en la última semana de marzo de 2016, después de culminar un periodo de “puesta en marcha” que durará unos tres meses.

Temor. El cronograma vigente coincide, en su etapa final, con los plazos esperados para la llegada del fenómeno de El Niño a la costa peruana. Ello, según Sedapal, podría tener algún impacto en la velocidad de ejecución, pero con la información actual no es posible confirmarlo.

“Son eventos de la naturaleza que no podemos controlar. Lo que estamos haciendo es aprovechar las ventanas de buen tiempo para trabajar”, indica Arroé.

La concesionaria reconoce que no existe un “plan de contingencia” para ese escenario, pues, en caso se incrementen las alturas de las olas, la única acción posible es paralizar los trabajos. “Estamos limitados por el mar. Es una fuerza mayor sobre la que no podemos ejercer control”, sostiene Álvaro Delgado.

La entidad más optimista es el Ministerio de Vivienda, cuya gestión termina en julio del próximo año. “Según los primeros reportes, que se están actualizando, no se esperan oleajes anómalos muy graves. Tendría que ocurrir un cataclismo para dañar la obra”, dijo Francisco Dumler. En esta etapa, coinciden todos, solo el mar decidirá.

Dato

90% es el avance global de la obra al cierre de agosto, según el concesionario.