"Que el asesino se pudra en la cárcel"
"Que el asesino se pudra en la cárcel"

En medio de gritos y pedidos de justicia y llamados al presidente y la ministra de la Mujer para que los apoyen con las pequeñas huérfanas, cientos de personas recibieron y despidieron ayer en la Villa Monte Castillo, los restos de Aurea Estela Arteaga Ipanaqué, joven madre quien fuera asesinada y descuartizada en Lima por su exconviviente.

Portando carteles y paseando el féretro por las calles principales del apacible pueblo cataquense, ubicado a unos cinco kilómetros de la Heroica Villa, los pobladores mostraron su indignación y repudio en contra del asesino, Nolberto Melgarejo Picoy, por quien pidieron se le imponga la máxima pena, aunque otros pedían la pena de muerte.

PEDIDO. Julio César Arteaga, hermano de la fallecida pidió justicia y apoyo de las autoridades para que no dejen desamparadas a sus sobrinas. "Pedimos a las autoridades apoyo para que mis sobrinas puedan recuperarse".

Indicó que María Fernanda de 15 años y Sofía de 10 años, se quedarán en Monte Castillo para seguir estudiando. Agregó que Nicol, la menor de apenas cinco años de edad, se ha quedado con la madre del asesino "para que la acompañe en su vejez", aunque la familia no está de acuerdo y harán lo posible para traerlas.

CADENA PERPETUA. La pena es de 35 años de cárcel por el delito de feminicidio, los familiares piden cadena perpetua.

Se lamentaron porque nunca supieron que su conviviente la maltrataba, de lo contrario esto no hubiera ocurrido, dijo Julio César, "porque en Lima ella había presentado hasta 5 denuncias por maltrato y nunca hicieron nada.

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