Al menos veinte viviendas de la zona costera han sido afectadas, debido a los oleajes anómalos.

Las olas de cuatro metros de altura atemorizaron a los vecinos del pueblo joven La Florida, quienes tuvieron que abandonar sus casas y ponerse a buen recaudo, a las 3 de la mañana de ayer.

El mar se salió unos 200 metros de la orilla a la altura de los jirones Pasco y Angamos.

El poblador Luis Padilla Santa Cruz relata que las olas reventaron en las paredes de sus casas. "No hemos dormido pensando en que algo malo pudiera pasarnos", expresó. En tanto, la vecina Virginia Rojas Moncada cuestionó el desinterés de las autoridades.

"El alcalde Luis Arroyo, el presidente regional César Álvarez y el secretario de Defensa Civil brillan por su ausencia, las autoridades nos dejan de lado", criticó.

UN PROBLEMA DE NUNCA ACABAR. Una historia parecida viven los vecinos del jirón Piura en Miramar Bajo. La fuerza del mar colmató el dren de regadío número uno con arena, ocasionando que el agua ingrese a los inmuebles.

"Esperamos que las autoridades se apiaden de nosotros y mejoren el dren. El alcalde se está dando un buen viaje, mientras que los vecinos la pasamos mal", expresó, la moradora Gladys Julcamoro.

DISTRITOS AFECTADOS. En la Caleta de Coishco y el Dorado en Nuevo Chimbote se registraron oleajes anómalos.

En Coishco Viejo el mar se salió unos 20 metros y a su vez varó cuatro botes a las 4 de la madrugada. Mientras que en el Dorado, el agua se salió unos 60 metros, ocasionando que cinco naves se varen.

La marejada interrumpió las labores de pesca en el Balneario de Tortugas en Casma. Los pescadores han tomado sus precauciones para evitar daños a las embarcaciones artesanales.

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