Un año más el Santuario del Señor de Locumba recibió a miles de fieles y peregrinos de diferentes partes del Perú y Chile, quienes renuevan sus votos, realizan pedidos en favor de la familia y su vida laboral, dejando la promesa de regresar nuevamente a venerar al Señor de Locumba por tres, cuatro y hasta cinco años, y dando gracias por el favor divino.

Los actos centrales ayer se iniciaron con el izamiento del Pabellón Nacional, a cargo del obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, Mons. Marco Antonio Cortes Lara. Lo acompañaron Juan Berrocal Jiménez, gobernador de Locumba; José Luis Málaga Cutipe, alcalde de Jorge Basadre; Walter Goyzueta Neyra, presidente de la Junta de Fiscales de Tacna; Orestes Gastón Mamani Roque, rector párroco del Santuario del Señor de Locumba; y Teresa Luna de Guerra, jefa de imagen de Southern Peru.

En la homilía, presidida por el obispo Cortez Lara, este exhortó a llevar un patrón de vida, de respeto a los demás y que no los contaminemos con nuestras malas actitudes. "Es inhumano tener una sociedad sin Dios".

Como reflejo de una actitud en devoción, fe y amor al Señor de Locumna, en todo el perímetro del Santuario no se pudo apreciar la venta de bebidas alcohólicas, ni personas en estado inecuánime como en otras festividades religiosas como La Virgen de Copacabana, Virgen de Chapi, las Cruces y Semana Santa, donde lo que más predomina es el alcohol y la bendición con challas.

El año anterior asistieron 100 mil personas, según estadísticas de la Municipalidad Provincial de Jorge Basadre, y cada año va en aumento el fervor y pasión por regresar al templo.

La Asociación de Sociedades Religiosas de Cantos y Bailes del Señor de Locumba este año llegaron con catorce delegaciones peruanas y chilenas, trajeron ofrendas y regalos, también entregaron ambas banderas a monseñor para que pueda acompañar en la procesión como señal de unidad en la fe.

Como también es costumbre se instalaron en los alrededores puestos de comida de diferentes regiones del país, dulces típicos como el alfajor de penco y el guargero, artesanías y medallas con motivos religiosos. No faltaron los curanderos que por 10 soles realizaban limpias y buenas vibras para el amor, salud y trabajo, y para esto utilizaron un Quirquincho y saumerio.

Al ingresar al distrito instalaron un peaje para cobrar S/.7 para que puedan estacionar sus vehículos.

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