​Siete mitos sobre la violencia sexual contra niñas y adolescentes
​Siete mitos sobre la violencia sexual contra niñas y adolescentes

Cada día 11 niñas y adolescentes son violentadas sexualmente en el país, según la Policía Nacional del Perú. Una cifra que refleja una gran incidencia de casos que recaen en las menores de edad. Además, muchas de las víctimas nunca revelan estos abusos, por lo que se podría estimar que las cifras puedan ser mayores.

La mayoría de embarazos en niñas y adolescentes están relacionados con actos de violencia sexual recurrentes, principalmente ocurridos en el ambiente intrafamiliar, donde el agresor en la mayoría de los casos es un familiar o una persona conocida por la víctima. Lima y Cusco son los departamentos con mayor número de denuncias por violación sexual a niñas y adolescentes de 14 a 17 años.

Según la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, estos son siete mitos o falsas creencias que sobreviven en la opinión pública y que deben ser erradicadas para prevenir futuros casos de violencia sexual en adolescentes:

El agresor es un enfermo mental o drogadicto:

Muchos agresores sexuales suelen ser personas agradables, respetables y de apariencia convencional. También suele ser un familiar o conocido de la víctima, de acuerdo a datos de la PNP de 2015.

Si no hay violencia física es porque la víctima lo permitió

Los agresores acostumbran a amenazar, chantajear, manipular a la víctima para cometer la violación sin ser descubierto; por ello, es muy probable que no haya lesiones o violencia física en la víctima.

Solo les sucede a personas de bajos recursos o familias disfuncionales

La violencia sexual ocurre en cualquier nivel socioeconómico. Además, se evidencian casos tanto en familias funcionales como disfuncionales.

Nos podemos dar cuenta si la víctima es de nuestro entorno familiar

En muchos de los casos los padres y madres no creen en lo que la niña o adolescente violentada refiere, por ello, no se denuncia al agresor. En gran número de casos, las niñas y adolescentes no son conscientes que estos actos son violencia sexual, y los confunden con afecto o cariño.

Los agresores son desconocidos por la víctima

En el Perú, el 60% de los agresores fueron familiares de la víctima y en la mayoría de casos los actos de violencia sexual sucedieron en el domicilio de la víctima, según datos de la PNP 2015.

La violencia sexual no es un problema frecuente en el Perú

En el 2015, la Policía Nacional del Perú recibió 3,765 denuncias por violación sexual a niñas y adolescentes. Entre los años 2005 y 2013, 11,272 menores de 15 años se convirtieron en madres, la mayoría de estos casos están relacionados con violencia sexual.

La violencia sexual no se puede prevenir

La violencia sexual sí se puede prevenir. Es importante que los padres y madres de familia conversen claramente con sus hijos e hijas sobre las situaciones de riesgo y las medidas de protección. Además, deben identificar las señales de alerta, para que puedan acompañarlos frente a una situación de violencia sexual.