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El presidente regional de Ancash, César Álvarez intentó entregarse a la Justicia cerca de las 5:30 de tarde en medio de un gran caos y fue detenido por la policía.

Rodeado de hombres de prensa y policía Álvarez llegó a la Sala Penal Nacional con gritos de "pido que se haga justicia", y fue rápidamente apresado por miembros de la policía e introducido en un carro oficial.

El presidente regional es acusado por diversos delitos cometidos durante su mandato en Ancash que incluye casos de espionaje como la Centralita.

Además es acusado de ordenar asesinato de varios hombres contrarios a su administración como Ezequiel Nolasco, quien fuera abatido por sicarios en un bar.

Álvarez de esta manera cumplió lo que había anunciado horas antes a los medios de comunicación y se puso a derecho de las autoridades.