Comando 'Chavín de Huántar': “Hay héroes que siguen trabajando por el país” (ENTREVISTA)
Comando 'Chavín de Huántar': “Hay héroes que siguen trabajando por el país” (ENTREVISTA)

Todos los peruanos lo han visto alguna vez, aunque no muchos conocen su nombre. Aparece en innumerables reportajes, videos y documentales, cuando el 22 de abril de 1997, sobre el techo de la Residencia del Embajador de Japón, retira la bandera del MRTA, el inequívoco símbolo de la victoria de la operación “”, que hoy cumple 22 años, y el final del secuestro perpetrado por aquel movimiento terrorista. Jean Pierre Jaureguy Robinson, capitán de navío de la Marina, acepta con modestia el título de héroe, pero resalta que quienes dieron la vida por su patria lo son mucho más.

¿Qué fue lo más difícil de la operación “Chavín de Huántar”?

En ese entonces, yo tenía 27 años. Lo más difícil fue ver a los compañeros caídos, sin duda, no saber cuánta gente iba a morir. Ver morir a gente como el coronel (Juan) Valer y al capitán Raúl Jiménez, que se encontraba dentro de la columna en la que yo estaba, con mi equipo, adelante mío. Uno se pone a pensar: “Yo estuve atrás del que murió, me pudo tocar a mí”.

¿Ya tenía experiencia en combate?

Sí, así como yo, la mayoría de los comandos que participamos, del Ejército y de la Marina, teníamos experiencia en combate. En ese entonces, el terrorismo estaba vivo, y ese fue uno de los factores que ayudó a enfrentar con mejor actitud ese combate.

¿Qué sintió cuando le dijeron: “Va a participar en esta operación”? 

Bueno, no era la primera vez, pues, que estábamos en estas lides, los movimientos que normalmente hacemos han sido siempre de un día para el otro, no hay mayores tiempos para estar buscando entrenarnos y ponernos en forma, nosotros tratamos de estarlo siempre.

¿Qué sintió cuando saca la bandera del MRTA y la bota a un lado? 

De eso nos percatamos cuando nos comunicaron que se había conseguido el objetivo, que se había recuperado la residencia, que se rescataron a los rehenes. Siguiendo los procedimientos, porque a veces hay trampas, sacamos la insignia de estos terroristas; fue un símbolo de misión cumplida. Entregarlo a los compañeros que estuvieron en combate fue bastante reconfortante.

Arroja la bandera de una manera bastante peculiar... 

También hubo bastante rabia, ya sabía que había muerto el coronel Valer y el capitán Jiménez y sí, mucha rabia en ese momento, mucha rabia. Ya después, viendo las imágenes, bastante orgullo (...), un orgullo para todos los militares, yo soy uno, pero así como yo hay miles de soldados, miles de marinos, miles de aviadores que han hecho mucho más que yo, sino que esta operación tuvo una trascendencia mundial.

¿A qué llama “mucho más” de lo que usted hizo? 

Dar la vida por su país, eso no tiene precio, dejan atrás familia, hijos, mamá, papá y eso no se devuelve, de ninguna forma, ni con reparaciones económicas o resarcimiento de cualquier índole. Creo que los peruanos que han dado la vida por su patria, definitivamente, han hecho más que yo.

¿Se considera héroe junto a sus compañeros comandos?

Sí, y hay héroes que siguen trabajando por el país. Son héroes, así como está el señor que trabaja por la gente que sufre de cáncer (Dr. Ricardo Pun-Chong), que también es un héroe, los militares también tenemos, dentro de la sociedad, una tarea importantísima.

¿Las denuncias que se enfrentan por estas operaciones son costos colaterales? 

Por supuesto. Cómo es posible, y no voy a dar nombres, que políticos en funciones ninguneen o critiquen esta operación que costó vidas de soldados peruanos, y que le den una connotación de víctimas a los terroristas que atacaron al Estado y mataron gente.

¿Qué piensa de llamar al terrorismo “conflicto armado interno”?

La política está en todas las actividades y las percepciones del quehacer diario de todos nosotros, sin duda esas terminologías obedecen a un sesgo político. Nuestros objetivos militares obedecen a objetivos políticos; de la misma manera, estas “estrategias” que tienen algunos partidos políticos, algunas ideologías, tienen algún objetivo. Esta política perturba el quehacer mediático, el quehacer universitario, para comenzar a calar y tener impacto en las mentes.