CVR no escuchó a Cipriani, ronderos y sacerdotes de Ayacucho
CVR no escuchó a Cipriani, ronderos y sacerdotes de Ayacucho

A diez años de la entrega del informe final de Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) sobre la violencia terrorista en la década de los 80 y 90, varias dudas quedan aún ya que, en lugar de cerrar heridas, en varios puntos no hace más que aumentar las divisiones.

Uno de estos puntos de discrepancia concierne al Arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, quien fue el obispo de Ayacucho durante esa época y quien no es citado en el informe y, más bien, es criticado en el mismo, aduciendo que no se preocupó por los pobladores en la época de la violencia.

"La actitud de los obispos fue de silencio cómplice o de prescindencia, por no considerar parte de su misión pastoral, la preocupación por lo social", dice textualmente el informe de la Comisión.

Extrañamente la Comisión invitó al cardenal Cipriani para escuchar sus opiniones, pero no sobre la violencia terrorista en sí, si no sobre la investigación que la CVR había realizado, y que había mencionado a la Iglesia Católica. La misiva fue enviada el 23 de agosto del 2003, a cinco días de la presentación del informe en Palacio de Gobierno.

Sin embargo, Cipriani no se encontraba en Lima, ya que había viajado al Vaticano y su secretario, el sacerdote Luis Andrés Carpio Sardón, envió una misiva en respuesta donde muestra su extrañeza por invitarlo a dar sus opiniones de manera extemporánea. "No deja de extrañar que después de dos años de trabajo de la CVR la iniciativa de invitarlo (...) se haga extemporáneamente cuando las investigaciones ya están culminadas", dice la carta.

Este intercambio de misivas puede ser corroborado con documentos entregados a la redacción de diariocorreo.pe.

Los ronderos de Ayacucho también levantaron su voz de protesta luego de la publicación del informe debido a que no fueron considerados dentro del informe a pesar que formaron parte fundamental de la lucha contra el terrorismo en la década de los 80.

Asimismo, defienden la labor de la Iglesia en esa época ya que, aseguran, fueron los únicos que se preocuparon por su seguridad y los alentaron a no darle campo al terrorismo y a defender a sus familias.

El Clero Diocesano de la Arquidiócesis de Ayacucho luego de la presentación en Palacio, también se pronunció en contra de la CVR, señalando que los curas de ese departamento se encontraban ofendidos ya que, asegura, el informe hace ver que los religiosos se pusieron al margen y no se comprometieron con los que sufrían la violencia terrorista.

En la carta publicada los religiosos aseguran que sí se encontraron a la altura de las circunstancias "y con un trabajo callado sin buscar protagonismo y con profunda confianza en el Dios que ama la paz".

También, reconocen la labor de Cipriani quien en su calidad de Obispo de Ayacucho, realizó su labor pastoral, "a favor de la población ayacuchana, durante esos años de terror y abandono".

A diez años de la presentación del informe de la CVR aún no logra su cometido y en vez de ayudar a unir a los peruanos en ciertos puntos logró dividirnos más.

A continuación adjuntamos los documentos llegados a nuestra redacción:

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