Además, solicitaron garantías y combustible para que los aviones de la venezolana Conviasa puedan activar su programa “Plan de vuelta a la Patria”
Además, solicitaron garantías y combustible para que los aviones de la venezolana Conviasa puedan activar su programa “Plan de vuelta a la Patria”

Como si de una mala broma se tratara, el canciller de la dictadura de Nicolás Maduro, Yván Gil Pinto, pidió a los gobiernos de Perú y Chile que respeten “los derechos humanos” de los cientos de migrantes venezolanos varados en la frontera peruano-chilena debido a que carecen de la documentación necesaria para identificarse.

“En relación a la situación de migrantes venezolanos bloqueados en la frontera entre Chile y Perú, hemos estado en contacto con ambas cancillerías y solicitado plenas garantías y respeto a los DDHH de nuestros compatriotas” escribió Gil en Twitter.

Convenientemente, Gil Pinto olvida que los millones de compatriotas que tiene en el mundo huyeron de Venezuela debido a la crisis causada por los dictadores Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Tampoco reconoce que la falta de documentos de identificación y pasaportes se debe a la corrupción endémica que el chavismo ha causado en ese país.

Como si eso fuera poco, a través de sus redes sociales, el canciller venezolano ha solicitado a Perú y Chile “garantías para que nuestros aviones de @LAConviasa puedan aterrizar y despegar en la zona, así como abastecer combustible en un eventual operativo de nuestro Plan Vuelta a la Patria”.

Sigue la crisis. Mientras tanto, en el día 16 de la crisis migratoria en la frontera, la carretera Panamericana Sur amaneció bloqueada por un grupo de migrantes, mayoritariamente venezolanos.

La vía une el complejo fronterizo Santa Rosa (Tacna) con el de Chacalluta (Arica).

Hay unas 200 personas extranjeras varadas en la llamada tierra de nadie o línea de la Concordia, imposibilitados de entrar a Tacna o retornar a Arica (Chile).

La PNP, por un lado, y los Carabineros de Chile, por el otro, los mantienen encapsulados. El bloqueo comenzó a las 5:00 a.m. y se prolongó por unas seis horas.

La policía peruana y los carabineros despejaron la vía. En reacción, un grupo de jóvenes violentos atacaron ferozmente con piedras al personal policial. Hubo un herido.