Ernesto Blume, miembro del Tribunal Constitucional (TC), asegura que puede dormir bien, pues tiene la conciencia tranquila por su voto en el tema de la vacancia presidencial. En esa línea, agrega que volvería a votar por declarar improcedente la demanda competencial que interpuso el Ejecutivo. Las razones las expone en esta entrevista.
¿Cómo responde a los cuestionamientos en su contra por votar a favor de declarar improcedente la primera moción de vacancia contra Martín Vizcarra?
Ya estoy acostumbrado a los golpes. Respeto esos cuestionamientos, pero los considero equivocados. He actuado cumpliendo mi rol constitucional y estimo que esos cuestionamientos no se ajustan a un estricto marco legal. Nuestra sentencia puso fin a la incertidumbre.
Muchos sectores alegan que el Tribunal Constitucional solo quiso lavarse las manos al no haberse pronunciado sobre el tema de la incapacidad moral ¿Es así?
Eso es equivocado; por el contrario, nosotros hemos enfrentado el tema y dimos una solución al caso. El proceso que hemos resuelto versaba sobre un cuestionamiento a la primera vacancia y no era procedente que a partir de esa situación derivemos un efecto hacia la segunda vacancia.
¿Qué era lo que se pretendía, exactamente, con la demanda competencial?
Lo que se pretendía era que paralizáramos el trámite de la primera vacancia y saliéramos de ese proceso. Se dice que este proceso, de la primera vacancia, era simplemente uno entre el Ejecutivo y el Legislativo, pero en la ponencia de Marianella Ledesma se hace referencia al exmandatario (Martín) Vizcarra. Ello significa que ese proceso sí estaba direccionado para reponerlo en la Presidencia, según la tesis de la magistrada.
¿Entonces se buscaba reponer a Vizcarra en el poder?
El primer pedido de vacancia estaba referido a un procedimiento que concluyó y se archivó. No teníamos por qué abarcar otra situación.
Pero lo que sí podían abarcar era en la definición de la causal… Si se habla de que había que definir el concepto por incapacidad moral permanente es un error, porque ese concepto debe ser abierto y tiene que referirse a todo acto o conducta que agravia el ejercicio de la magistratura presidencial.
Entonces, ¿cuáles son los criterios que sustentan un agravio a la capacidad presidencial?
Depende de cada caso, de la coyuntura o del momento. No se puede reglar como si fuera una relación de situaciones, porque cualquier nuevo hecho que signifique una descalificación del presidente no podrá usarse para vacar al presidente.
¿No cree que podría utilizarse esta causal como una herramienta antojadiza para vacar a un presidente en el futuro?
Pienso que si se quiere cambiar eso, tendría que modificarse la Constitución. Sin embargo, la Carta Magna estableció esa posibilidad de contrapeso frente a un presidente que, incurre en actos indignos, estuviese entornillado en el cargo sin posibilidad de ser removido cuando existan razones suficientes. (...) Resulta incomprensible que se aplauda la disolución del Congreso y que este nuevo Parlamento elegido ahora resulte ser cuestionado por tomar una decisión que no está de acuerdo con un sector.
¿Siente usted que tiene la conciencia tranquila?
Absolutamente. Yo duermo tranquilo, soy un hombre que tengo una posición muy clara. No me dejo avasallar por este tipo de críticas que responden a un enanismo mental.
¿Volvería a fallar de la misma manera de tener la oportunidad de hacerlo?
Si se dan las mismas situaciones, sí.
¿Considera que la disolución del Congreso fue un golpe de Estado y la vacancia a Vizcarra no?
Para mí la disolución del Congreso fue un acto inconstitucional. De otro lado, el Parlamento que Vizcarra impulsó resulta que actúa en contra de la Constitución porque lo vacó. El expresidente cuestiona al Congreso y dijo que el caso estaba en manos del Tribunal (Constitucional). Ahora que el TC resuelve algo que no le gusta, deslegitima al Tribunal.
Es un doble rasero…
Claro, es un doble rasero. Así no se construye una democracia sólida.
¿Cree que el Ejecutivo debió presentar una nueva demanda de competencias contra el segundo pedido de vacancia presidencial para que el TC se pudiera pronunciar sobre el fondo que es la causal de incapacidad moral permanente?
No contesto sobre conjeturas y supuestos.
¿No es necesario limitar los alcances de la vacancia por incapacidad moral permanente?
No. Desde mi punto de vista es conveniente que se mantenga una causal abierta, porque da la flexibilidad suficiente sobre situaciones que hoy no imaginamos y que pueden significar, a futuro, causales de indignidad del cargo de presidentes.
¿Entonces no cree que se haya perdido una gran oportunidad de delimitar la vacancia por incapacidad moral permanente?
No, por el contrario, creo que esta ha sido una oportunidad para impedir este despropósito y permitir que se mantenga un mecanismo de intercontrol entre el Poder Legislativo y Ejecutivo para evitar tener en el país un presidente inamovible. Lo que tenemos es un presidente sujeto a controles, ¿o queremos tener un rey en el Perú y ya no un presidente?
¿Las mentiras constantes pueden significar una causal de incapacidad moral permanente?
La causal de incapacidad moral implica una evaluación y una sanción de tipo político, no es un juicio de términos procesales ni jurisdiccionales o estrictamente legales. Yo le pregunto a usted ¿es ejemplo y paradigma de lo que es un presidente un personaje que viene siendo cuestionado?
No, pero para definir su situación habría que interpretarse esta causal y delimitar los alcances para una eventual vacancia…
Para mí no. (…) Desde mi punto de vista el Tribunal no puede prestarse a ser usado por los actores políticos para involucrarlo en sus conflictos y utilizarlos como un pretexto para decir: “Mi posición está sometida a lo que diga el TC”. Hay una utilización, por agentes políticos, del TC para involucrarse en un tema coyuntural cuando la institución como máximo órgano de la justicia debe estar sobre la coyuntura y no estar involucrado.
¿Podría sugerir que se retorne a la bicameralidad y que el Senado reflexione sobre las decisiones que se adoptan, acaso un pedido de vacancia en el futuro?
Sí. Muchas veces he opinado por la bicameralidad. He opinado que había que retorna a la bicameralidad y ese sería un excelente mecanismo de control para reafirmar una decisión de tanta envergadura.
¿La vacancia ha sido un golpe de Estado? En lo absoluto, no ha habido ningún golpe de Estado, ese es un invento de algunos analistas que respeto, pero de los cuales discrepo.
Aprovechando el tema, ¿cómo evalúa la situación política? Se ha presentado una situación complicada. Los movimientos de los jóvenes han sido justificados y nos llaman a todos a la reflexión, pero creo que es momento de superar esos episodios y pensar en el Perú, en la unidad, en el futuro y fortalecer nuestro sistema.
Hay poco respeto con las decisiones de las instituciones, ¿no?
Sí, pero provocado por algunos sectores. Me parece irresponsable y es lo que he visto en el gobernante Vizcarra vacado: un manejo populista, pretendió enfrentarnos peruanos contra peruanos. Ha pretendido utilizar al TC como si fuera un elemento que maneja este señor, porque el domingo en la tarde sale a decir que lo que hizo el Congreso era un golpe de Estado y nos emplazaba a nosotros a definir la fecha de la audiencia.
¿Qué piensa de esta tendencia para desestimar los argumentos del que piensa diferente?
Es sinónimo de intolerancia.
¿Debe verse ahora la elección de nuevos magistrados o debe encargarse el próximo Congreso?
No podré referirme sobre eso, es responsabilidad del Congreso. Pero creo que el país necesita un TC con magistrados con mandato vigente.
Por las protestas hay una satanización de la Policía…
Me parece que la Policía merece todo el respeto de la ciudadanía.
¿Está de acuerdo con el cambio de Constitución?
Creo que un cambio de Constitución es muy delicado y debe nacer de un querer nacional, es decir, de una voluntad colectiva, y no ser un caballito de batalla de personajes que quieren tomarlo como bandera electoral.
Magistrado cuestionó al expresidente Vizcarra por invocar al TC y, luego, desligitimarlo por un fallo que le fue adverso.
La causal por incapacidad moral permanente es una evaluación y una sanción de tipo político”
Ernesto Blume
Es especialista en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional. Fue el principal asesor del Municipio de Lima de 1996 al 2002. En 1983, en las elecciones municipales de Lima, fue electo regidor por el PPC.