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Una cita que compromete seriamente al ministro Daniel Figallo se produjo en mayo último. Esta fue confirmada a Correo por el propio titular de Justicia. En dicho mes, Figallo llamó telefónicamente a la procuradora anticorrupción Yeni Vilcatoma de la Cruz (encargada a tiempo completo del caso “La Centralita”) para que acuda a su despacho, según la versión que proporcionó una fuente del Ejecutivo.

Cuando la defensora del Estado se presentó a la sede del Minjus, fue recibida por Figallo; sin embargo, este se encontraba acompañado por otra persona. Era nada menos que

el abogado Eduardo Roy Gates, asesor del presidente Ollanta Humala.

Como es de conocimiento público, el prófugo Martín Belaunde Lossio, amigo de la pareja presidencial, está implicado en la investigación del caso “La Centralita”, en el que se procesa también al expresidente regional de Áncash César Álvarez.

la pregunta. Luego de entrar en materia, Figallo formuló una interrogante a la procuradora: “¿Qué tan grave es la situación de Belaunde Lossio?”, según contó nuestra fuente. También quiso conocer qué se le imputaba exactamente al prófugo de la justicia.

A lo largo de la cita, Roy Gates escuchaba atento y tomaba notas de algunas respuestas.

Quien se refirió a esta polémica reunión fue el exprocurador anticorrupción Ronald Gamarra, quien a través de su cuenta en Twitter escribió: “Figallo, ¿qué hacía el asesor presidencial Roy Gates en la reunión a la que convocaste a personal de la Procuraduría Anticorrupción?”.

En diálogo con este diario, Gamarra aseveró que una fuente cercana al Gobierno le confirmó esta información y enfatizó que el ministro de Justicia debe recordar que es un funcionario público y no abogado de Belaunde Lossio.

“¿Qué hacía el ministro de Justicia acompañado del asesor Roy Gates en una reunión con personal de la Procuraduría? ¿Qué hacía el ministro de Justicia con gente de la Fiscalía?”, cuestionó.

Según Gamarra, la situación de Figallo debe ser evaluada desde el “ámbito político”.

Correo se comunicó vía telefónica con el asesor de Palacio de Gobierno Eduardo Roy Gates, quien aseguró que se encontraba en una reunión y evitó responder a la pregunta sobre qué hacía reunido con Figallo, pues procedió a cortar el teléfono.

BRAZO MEDIÁTICO. De otro lado, la procuradora anticorrupción acudió hasta el despacho del fiscal supraprovincial Marco Huamán a fin de presentar un documento en el que se solicita formalizar el pedido para que Belaunde Lossio sea calificado como “brazo mediático” de la organización criminal que lideraba César Álvarez.

En el documento, al que accedió Correo, se recuerda que Belaunde Lossio no puede ser colaborador eficaz puesto que es parte de la cúpula y no le corresponde acceder a dicho beneficio.

“Bajo la hipótesis de la Procuraduría, la cúpula habría estado conformada por Rodolfo Orellana Rengifo, Heriberto Benítez, Víctor Crisólogo, Martín Belaunde Lossio, Luis Arroyo Rojas y Jorge Burgos Guanilo”, señala.

Y es que para los defensores del Estado operaba un brazo político, representado por Benítez y Crisólogo; uno legal, manejado por Orellana; y otro mediático, que dirigía nada menos que Belaunde Lossio.

Como base para este pedido de ampliación, la procuradora Vilcatoma se basa en las declaraciones de los colaboradores eficaces N° 1, 11 y 6, quienes dieron a conocer a los integrantes de la cúpula. Es más, informaron que Belaunde Lossio recibía 20 mil soles mensuales.

“LÍO DE FALDAS”. Además, otro elemento importante es la declaración que brindó el asesinado consejero regional de Áncash Ezequiel Nolasco, quien dio cuenta de que luego que sufrió un atentado en el 2010, el diario La Primera -de Belaunde Lossio- calificó la agresión de un “lío de faldas”.

Es por eso que la Procuraduría considera que Belaunde Lossio sí sabía que fue la organización criminal de Álvarez la que atentó contra la vida de Nolasco y que a través de su medio de comunicación trató de proteger a Álvarez y a toda su red criminal.

También se citan correos electrónicos entre Belaunde y Burgos Guanilo, en los que se indica que “la maquinaria publicitaria era indispensable en el contexto de las múltiples denuncias que cuestionaban dicha gestión”.