Marisol Pérez Tello sobre Derechos Humanos: “Siento que la gente no ha perdido la fe”
Marisol Pérez Tello sobre Derechos Humanos: “Siento que la gente no ha perdido la fe”

El Ministerio de Justicia ha emprendido una serie de actividades en el interior en búsqueda de una verdadera pacificación. “Este tema me inspira porque después de más de 30 años y a pesar que el Estado los ignoró, pese a un discurso que los confundió, pese a paradigmas que quisieron hacer creer que la ley de programa integral de reparaciones podría proteger a terrucos, cosa que es lo más falso que hay, a pesar que el país se olvida de una gran población pobre y héroe, la gente no ha perdido la fe. En estos meses hemos abierto el registro de víctimas que ya no tiene límites y hemos iniciado una campaña para que se inscriba gente que antes le tuvo miedo al Estado. Hemos pagado S/ 22 millones en reparaciones individuales y S/ 8.5 millones en reparaciones colectivas, con lo cual ya casi estamos al día y eso impacta a más de 40 mil personas. Los más pobres es quienes nosotros queremos llegar y creo que hemos avanzado mucho”, nos dice con emoción.

Respecto a las actividades en zonas vulnerables y olvidadas, la ministra vuelve a emocionarse: “En Ayacucho y Pichari estamos viendo temas emblemáticos. Hemos empezado con Ucchuraccay en enero, recordando a los ocho periodistas y también a los comuneros que fueron asesinados por Sendero, en un santuario ecológico construido por ellos mismos. Hemos hecho construcciones que son homenajes a las víctimas en una zona donde antes era solo dolor y ahora pueden exhibir lo que pasó y ver cómo se han reconstruido. La resistencia de este pueblo es impresionante. Lo vamos a hacer también en Accomarca, los invitamos a todos el 17 de febrero. Allí nunca ha ido nadie, yo fui como congresista y vi cómo hay todavía cajones apilados de los restos que se entregaron hace muchos años, en un cuarto de la municipalidad. Estamos haciendo también un santuario ahí. Luego viene Pichari, otra zona en Huancavelica y terminar estos primeros 6 meses en Soras, un pueblo donde los Quispe Palomino asesinaron a más de ciento diez personas donde la comisaría llegó después de 30 años ¡Es una vergüenza! Esa gente no tiene voz y necesita de un Estado. Yo creo que este es un proceso de paz que la gente no ve, como no vieron a Sendero en su momento, como no vimos a los muertos, a la violencia, al dolor de Ayacucho, pero que allá se valora muchísimo”.