Mensaje Presidencial: Mucho recuento y pocos anuncios
Mensaje Presidencial: Mucho recuento y pocos anuncios

Prometió un mensaje a la Nación sin "sorpresas", y así fue. El panorama poco favorable con el que el presidente Ollanta Humala inició su tercer año de gobierno, debido a las protestas contra su gestión por un variopinto cóctel político, se vio reflejado en su discurso de ayer por Fiestas Patrias, basado en el recuento de los logros de su gestión pero carente de anuncios importantes.

El día empezó como de costumbre. Tras aceptar la invitación de la Comisión de Recibo del Legislativo, esta vez Humala decidió no hacer a pie su recorrido hacia el Congreso, como el año pasado, y abordó un automóvil que lo trasladó por la conocida ruta a lo largo del jirón Junín, flanqueado por el Regimiento de Caballería Mariscal Domingo Nieto.

En el camino, apenas si saludó por la ventana entreabierta a la gente apostada en los alrededores.

Con algunos minutos de retraso, el Mandatario inició el esperado mensaje a la Nación a las 11.23 horas, haciendo un repaso de algunos logros de su administración y con una tibia autocrítica.

"Debemos sentirnos satisfechos de no haber perdido la capacidad de aprender de nuestros errores y los últimos acontecimientos son una muestra de ello", dijo en clara alusión a la llamada "repartija" en la elección de cargos para el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva.

"Hemos aprendido y nos hemos rectificado, eso en el proceso de democracia es fundamental", acotó.

Entre los aplausos de sus correligionarios y los simpatizantes del nacionalismo que abarrotaron las galerías del hemiciclo, el jefe de Estado sostuvo que "la esperanza de tener el país que queremos no es una quimera, sino un objetivo alcanzable", tras renovar su compromiso de mantener el rumbo del Gobierno en pos de la inclusión social.

BUENAS INTENCIONES. No obstante, durante su discurso, que duró una hora y tres minutos, Humala no ahondó en los mecanismos que usará el Gobierno para dicho fin. "Este proceso exige que se reorienten los esfuerzos del Estado, sus prioridades y acciones. Hemos avanzado en esta tarea, pero aún hace falta ordenar la casa, fortalecer la democracia y sus instituciones, hacer más eficiente la gestión pública, desarrollar las buenas prácticas y consolidar una nueva cultura de servicios", se limitó a indicar.

El único elemento probablemente nuevo de su discurso fue el anuncio sobre evitar que la economía peruana se vea afectada por la desaceleración de la economía a nivel internacional, dando a conocer medidas a corto plazo para alentar las iniciativas privadas en el país.

En ese contexto, señaló que "vemos cómo algunos rubros de nuestras exportaciones se contraen. ¿Son señales de que el ciclo que favorecía nuestro crecimiento está llegando a su fin? Es posible. Sin embargo, tenemos con qué defendernos".

LISTADO DE DESEOS. Después, Humala se dedicó a enumerar un listado de buenas intenciones ante la representación nacional, con especial énfasis en el objetivo de convertir al Perú en un país industrializado, "que dependa cada vez menos de sus materias primas y cada vez más del talento de sus jóvenes".

Ello pese a que eventuales anuncios en los sectores Educación, Salud y Seguridad Ciudadana generaron gran expectativa entre la población.

No obstante, el Presidente vio por conveniente referirse solamente al "impacto transformador" del programa asistencial Beca 18 en los jóvenes de escasos recursos.

Asimismo, descartó el despido de trabajadores públicos al aplicar la Ley del Servicio Civil -única reforma estructural del Gobierno-, asegurando que esta norma busca la meritocracia y profesionalización del servidor.

Bajo la atenta mirada de su esposa, la primera dama Nadine Heredia, Humala finalizó su discurso reafirmando su "voluntad de luchar y trabajar en conjunto", y sorprendiendo con la inusual frase "¡Que viva por larga vida el Perú!".