En el caso de ayer, durante 20 minutos, la pronunció en promedio cada 28 segundos. A ello se aúna la precariedad de su mensaje que, según el analista Luis Benavente, se basa en lugares comunes y carente de propuestas
En el caso de ayer, durante 20 minutos, la pronunció en promedio cada 28 segundos. A ello se aúna la precariedad de su mensaje que, según el analista Luis Benavente, se basa en lugares comunes y carente de propuestas

“Pueblo” es la palabra recurrente que el , , ofrece en cada mitin, discurso, conferencia de prensa, etc. Ese es el término que el profesor cajamarquino repite hasta el cansancio y -en la mayoría de ocasiones- sin ninguna justificación.

Ayer, el candidato estuvo en una actividad en Iquitos, donde ofreció un discurso de aproximadamente 20 minutos y en el que utilizó la palabra “pueblo” 44 veces, es decir, el término fue dicho por lo menos cada 28 segundos. ¿Solo precariedad en el lenguaje? ¿Una forma de encubrir su falta de argumentos?

Repetitivo

“Gracias por ser parte del pueblo, a la juventud del sentimiento del pueblo, para que el pueblo llegue al poder, el pueblo tiene que entender que solo el pueblo salva al pueblo”, fue una de las frases con la que inició ayer su discurso el candidato presidencial.

En su alocución, se refirió a la necesidad de que el “pueblo” tenga los servicios de salud y educación, por lo que apeló a la lucha con ese “pueblo”.

Además, se refirió al Juramento de la Democracia que un día antes firmó su contrincante .

“Los compromisos del pueblo se firman ante el pueblo, los compromisos del pueblo se hacen con el pueblo, ¡viva la democracia del pueblo!, ¡viva el pueblo olvidado!”, agregó en otro momento.

El uso desmedido de este término se ha evidenciado a lo largo de toda su campaña de segunda vuelta y ayer, además de abusar de esa palabra en el mitin, lo hizo también durante una caravana, en la que la mencionó 14 veces.

“Hoy el pueblo tiene que creer en el mismo pueblo, somos la puerta democrática para que el pueblo a partir del 28 de julio, sea el mismo pueblo el que gobierne, sea el mismo pueblo el que geste no solo la lucha, sino que sea el pueblo (...), el pueblo (...)”, repitió.

A esto se le suma la conferencia de prensa que ofreció en Iquitos que duró un poco más de 20 minutos y en la que dijo la palabra “pueblo” 26 veces.

“Esta campaña la hace el pueblo. El pueblo ya lo conoce, el pueblo ya lo sabe”, dijo el candidato.

En las respuestas que ofreció a los periodistas presentes no dejó de repetir el término en todas sus oraciones.

“El primer compromiso es con la democracia, con el pueblo, que voy a ser respetuoso con el pueblo, con el mandato que me da el pueblo”, aseguró.

De igual modo, hace unos días, el candidato del lápiz estuvo en Lima y en breves declaraciones a la prensa utilizó el término por lo menos 3 veces, algo similar a las oportunidades en las que ofreció breves palabras a los medios de comunicación capitalinos.

Por ejemplo, el 8 de mayo al llegar a la capital del Perú, agradeció al “pueblo” peruano por encima de cualquier situación.

“Me sorprende que cuando quieres hablar con el pueblo te reciben lanzando tomates”, respondió en aquella oportunidad.

AGOTADOR

Al mitin de ayer de Castillo, se le suman varias actividades revisadas por Correo y que dan cuenta del uso excesivo del término en al menos seis de sus eventos más importantes luego de la segunda vuelta (ver infografía).

Para muestra, hay más de un botón. Por ejemplo, durante una actividad el pasado 17 de abril en Jaén, Cajamarca, el candidato dijo “pueblo” 44 veces.

En su discurso, se enfocó en las autoridades que olvidan al pueblo tras asumir el cargo.

“La clase política aparece en los tiempos electorales para querer robarle al pueblo y una vez que le dan su voto, voltean y se olvida de la necesidad del pueblo. Luego cambian su celular y no escuchan al pueblo que los ha elegido”, dijo.

Castillo también hizo énfasis en la posibilidad de devolverle el poder a ese pueblo.

“Gracias por acercarnos; entre el gobierno y el pueblo no puede haber diferencias; entre la autoridad y el pueblo que la elije, la esperanza del pueblo está encerrada, pero hoy el pueblo ha despertado, devolvámosle su soberanía al pueblo, con el voto del mismo pueblo”, afirmó.

“Hay que tender el puente entre el gobierno y el pueblo para que llegue al pueblo peruano (…). Hay que fiscalizar los presupuestos del pueblo”, agregó.

Este mes de mayo la dinámica prosiguió pues el 3, durante a Amazonas, Castillo pronunció la palabra “pueblo” 11 veces.

“Las personas cuando llegan al poder se olvidan del pueblo, se vuelven corruptos y al pueblo lo dejan”, aseguró.

El discurso fue similar al de Cajamarca, en el que apeló al abandono de las autoridades tras asumir sus puestos.

Se refirió además a la necesidad de recuperar el dinero que le pertenece al país: “Hay que recuperar las riquezas, porque lo que es del pueblo es del pueblo”.

Dos días después (5 de mayo) volvería a utilizar el término de manera excesiva durante un mitin en Tarapoto. Esta vez fueron 30 veces.

“Gracias pueblo peruano, he aprendido de la unidad de un pueblo, hemos visto la sangre del pueblo clamando justicia, vamos a hacer que el pueblo no solo recupere sus derechos”, sostuvo.

Una vez más, el mensaje se enfocó en darle poder al “pueblo”.

También aprovechó para decir que se debe dar la oportunidad a “un hombre del pueblo” para que gobierne “al pueblo y con el pueblo”.

¿PROPUESTAS?

Si bien durante sus mensajes menciona la convocatoria a una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, que la salud “sea un derecho constitucional” y que el acceso a las universidades sea para todos, en los mitines revisados no hay exposición de propuestas concretas para lucha contra la pandemia, la reactivación de la economía u otros temas prioritarios de la agenda nacional.

El 7 de mayo estuvo en Ucayali, donde recorrió la provincia de Atalaya y la localidad de Contamana. En ambas oportunidades utilizó casi la misma cantidad de veces la palabra pueblo. En la primera lo hizo 27 veces y en la segunda, 26.

“Un hombre del pueblo no le roba al pueblo, trabaja para el pueblo, con el pueblo, se mete a la lucha con el pueblo. Soy hijo del pueblo y si hay que dar la vida, la daré, antes que todo está el pueblo”, sostuvo en Atalaya.

Un mensaje muy parecido dio en Contamana.

“La esperanza del pueblo está en el mismo pueblo. Cuánto estimamos a los hombres y mujeres de este pueblo”, comentó.

Además, dijo que había visto correr “la sangre de su pueblo en la calle” y “la sangre de su pueblo en la plaza”.

En los seis discursos revisados por este medio, se confirmó que cada vez que el candidato subía al estrado para dirigirse a los simpatizantes de Perú Libre, no se enfocó en ninguna propuesta en particular, sino que se limitó a hablar del poder que tendrá el pueblo.

ANÁLISIS

¿Pedro Castillo incurre en un excesivo simplismo o es su discurso una forma de populismo? Para el analista político Luis Benavente, el uso de la palabra “pueblo”, presente en todos los discursos del candidato, tiene un significado ligado a la retórica.

“Es el recurso fácil, acudir a la retórica más elemental, eso pasa cuando no tienen mucho fondo en el contenido”, indicó.

En diálogo con Correo, el director de Vox Populi calificó de excesivo el uso de la palabra “pueblo” más de 40 veces en un discurso de 20 minutos.

“Es el uso excesivo de la retórica ante la ausencia de propuestas. Si hubiera más propuestas, habría menos retórica”, explicó.

Desde su punto de vista, existe una proporción inversa entre las propuestas y la retórica, pues Pedro Castillo no las tiene. Una propuesta puede ser desarrollada durante un discurso y tiene objetivos específicos, explicó.

“Las propuestas tienen una estructura en el mensaje, la retórica no porque es diferente, está basada en palabras comunes, en lugares comunes, en palabras que pueden tener un significado positivo. Creo que hay una proporción inversa: al usarse mucha retórica quiere decir que hay poca propuesta”, señaló.

Benavente resaltó que al utilizar la palabra “pueblo” en reiteradas oportunidades, el candidato apela a la respuesta fácil como “el pueblo decidirá”.

“El problema con Castillo es que no tiene muchos recursos, no solo de oratoria, sino de contenido, de fondo”, apuntó.

[NOTA SACADA DEL IMPRESO DE DIARIO CORREO. 11 MAYO 2021. PÁGINAS 2 Y 3]

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