Revelación. En una diligencia judicial, el excabecilla de Sendero Luminoso Óscar Ramírez Durand, “camarada Feliciano”, acusó a la también subversiva Martha Huatay de haber conocido de la organización del terrible atentado a la calle Tarata, que perpetró el grupo maoísta el 16 de julio de 1992 y que dejó 22 muertos.
El caso cobra relevancia debido a que Huatay, excabecilla del órgano que planificaba sabotajes y atentados Socorro Popular (Sopo), dejará la prisión el próximo 16 de octubre, tras 25 años de cárcel.
“Después de la detención de Jovanca Pardavé Trujillo (quien era miembro del Comité Central, también llevaba la dirección de Socorro Popular), el nombre de la persona que la reemplazó fue: Martha Huatay, ‘camarada Rosa’. Ella tendría que haber sabido sobre el atentado de Tarata, porque Flumencio Jayo Díaz era su subordinado”, declaró Ramírez Durand a la Fiscalía.
ESCENARIOS. Ante estas declaraciones, Martha Huatay podría ser sindicada por la Fiscalía como autora mediata del atentado en Tarata y afrontar un nuevo proceso judicial, indicaron fuentes de Correo en la Fiscalía.
Así, aunque la llamada “camarada Rosa” está a punto de dejar la prisión, las declaraciones de “Feliciano” la pondrían nuevamente en el banquillo de los acusados.
“Sobre estas declaraciones, (la Fiscalía) iniciaría una investigación (a Huatay) en otro extremo y llamaría a declarar a Ramírez Durand para que detalle los hechos”, indicaron las fuentes.
En el caso Tarata, 13 integrantes del Comité Central de SL fueron acusados por la Fiscalía como autores mediatos del atentado, y han solicitado para ellos la pena de cadena perpetua.
Entre ellos están: Abimael Guzmán, Elena Yparraguirre, Elizabeth Cárdenas, Margie Clavo Peralta, María Pantoja, Laura Zambrano y el propio “Feliciano”.
Además figuran: Florentino Cerrón, Moisés Limaco, Florindo Flores Hala “Artemio”, entre otros.
En otra parte de sus declaraciones, Ramírez Durand indicó que Abimael Guzmán “sí ordenaba algunas acciones”.
“Abimael Guzmán debería saber (del atentado de Tarata), porque él radicaba en la ciudad de Lima y tenía que tener información de los atentados importantes (...) Guzmán sí ordenaba algunas acciones no solo en Lima, también en las regiones, a través de las reuniones del Comité Central”, relató.