La existencia de distintos grupos de sangre fue descubierta en 1901 por el biólogo austriaco Karl Landsteiner, quien estableció un sistema de clasificación basado en la presencia o ausencia de ciertas proteínas o antígenos en la superficie de los glóbulos rojos, y compuesto por los grupos A, B, AB y 0.
En 1940, Landsteiner y Alexander Weiner descubrieron otro antígeno al que denominaron factor Rh (lo llamaron así porque lo hallaron experimentando con monos Rhesus), lo que añadió otra variable: el antígeno Rh, que tienen unas personas (las Rh positivas), pero del que carecen otras (Rh negativas). Ello permitió evitar los problemas de incompatibilidad que seguían dándose en las transfusiones.
Hay, por tanto, dos tipos de antígenos principales, A y B, de modo que la sangre tipo A solo tiene antígenos A, la sangre B solo tiene antígenos B, la sangre AB tiene ambos y la tipo 0, ninguno de los dos. Además, la sangre puede tener factor Rh o no tenerlo.
La combinación de estas opciones da lugar a los ocho grupos de sangre que tiene la inmensa mayoría de la población: A+, A-, B+, B-, AB+ AB-, 0+ y 0-, aunque también hay otros tipos de sangre minoritarios, y uno extremadamente raro: el Rhnull (o Rh nulo), la ‘sangre dorada’.
Rh nulo. La principal característica de la sangre Rhnull es que carece del antígeno Rh, de modo que sus glóbulos rojos no tienen ninguno de los más de 45 antígenos Rh identificados. Este tipo de sangre se hereda, pero para ello ambos padres deben ser portadores de la mutación y eso rara vez ocurre. De hecho, el 99,9999994% de las personas tienen sangre con antígenos Rh.
A diferencia del exclusivo Rhnull (que no tiene ningún antígeno Rh), los tipos de sangre que conocemos como Rh negativos solo carecen de un factor Rh, el D, que es el más frecuente.
Aproximadamente el 85 % de las personas son Rh positivas, el 15 %, negativas, y apenas unas cuantas son Rhnull.
El primer caso de sangre dorada se describió en 1961 en una aborigen australiana, y desde entonces muy pocas personas en el mundo están confirmadas con esta sangre. Entre los últimos portadores descubiertos están dos mujeres chinas detectadas en China en 2022.
La sangre Rh nulo se compara con el oro por lo valiosa que es, aunque supone una bendición y una maldición a la vez. Bendición porque los pocos ‘elegidos’ que tienen ese tesoro en sus venas son donantes universales, es decir que su sangre vale para todas las personas, incluidas las que tienen grupos ‘raros’ y, por tanto, pueden ayudar a salvar vidas.
Y maldición, puesto que ellos únicamente pueden recibir transfusiones de ‘sangre dorada’, lo que supone un riesgo, dado el escaso número de personas que la tienen, que viven en diferentes países y que no es fácil trasladar la sangre de un país a otro.