Su renuncia al Partido Nacionalista la convirtió en una carta estratégica que varios partidos políticos intentaron tener debajo de la manga. Después de tres meses de conversaciones, coqueteos y negociaciones, la primera vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, finalmente decidió darle el sí al candidato presidencial César Acuña Peralta.
Puedes leer...Marisol Espinoza decidió darle el sí a Alianza para el Progreso
Aunque la noticia recién será oficializada hoy al mediodía, diferentes fuentes de Alianza Para el Progreso (APP) confirmaron a Correo que la respuesta definitiva de la congresista se conoció el último fin de semana, mientras el líder apepista se encontraba realizando actividades proselitistas.
Incluso, personas del entorno de la parlamentaria dijeron a este diario que, la tarde de ayer, Marisol Espinoza y César Acuña sostuvieron una reunión para ultimar los detalles del acuerdo, que contempla su presentación a la reelección como parte de la ceremonia.
Según se supo, Marisol Espinoza estaría barajando dos posibilidades que coinciden en una reelección. Una es encabezar la lista congresal por Piura y la otra formar parte de los candidatos que se presentarán por Lima.
LA NEGOCIACIÓN. Aunque todo marchaba de viento en popa, explica el informante, el trato se entrampó porque el aspirante al sillón presidencial insistía en que la exnacionalista se inscriba como militante de APP, opción que -según ha manifestado la propia Marisol Espinoza a sus amigos cercanos- no está dentro de sus próximos planes políticos.
“El acuerdo que se hizo es que Marisol Espinoza vaya como invitada”, contó la fuente a Correo.
Consultado sobre el tema, el legislador Richard Acuña afirmó que él fue el responsable de viabilizar los acercamientos con otros partidos y líderes políticos; sin embargo, pese a afirmar que las conversaciones estaban avanzadas, señaló que esa confirmación le correspondía dar a su padre.
“El presidente es el responsable de presentar y mañana presentamos a alguien. Ojalá sea ella”, respondió.
Antes de tomar esta determinación, llegaron una serie de propuestas a su despacho. Correo conoció que una de ellas fue de Lourdes Flores Nano, la nueva aliada del líder aprista Alan García, quien le ofreció un espacio para ganar una curul representando a Lima con la Alianza Popular (APRA-PPC). Alternativa que fue evaluada y posteriormente descartada.
Otra, con menos posibilidades, llegó de las manos de los dirigentes de Peruanos Por el Kambio (PPK), de Pedro Pablo Kuczynski. Tampoco prosperó.
CRITICAS. Al respecto, el congresista nacionalista Fredy Otárola cuestionó la decisión de su excompañera de bancada, tras sostener que es un poco contradictoria.
“Ella se fue diciendo que el Partido Nacionalista había mirado a la derecha, hubiese sido coherente postular por un partido de la izquierda, no de la extrema derecha”, manifestó.
Pese a que evitó dar calificativos, Otárola dejó entrever que su par estaría faltando a sus ideas políticas. “Está en su derecho de postular por quien quiera, cada uno es libre de ser fiel o no a sus ideas”, añadió.
Por su parte, el nacionalista Teófilo Gamarra se mostró sorprendido por la noticia y coincidió en que esperaba ver a su par en las filas de un grupo de izquierda.
“Marisol estaba reclamando el cumplimiento del plan de la gran transformación y supuestamente (el Gobierno) había traicionado al pueblo, en campaña preelectoral afloran las verdaderas intenciones e intereses y ahí la vemos, candidateando por un partido de derecha que estuvo en contra de la Ley Universitaria”, sostuvo.
En esta línea, exhortó a los peruanos a evaluar quiénes realmente traicionaron al pueblo. “Creo que el pueblo peruano va a juzgar correctamente quiénes han traicionado a sus electores. (...) Nosotros que nos quedamos con la propuesta de ir paso a paso o aquellos que hoy por hoy se van con representantes de la derecha, de propietarios de universidades que han hecho de la educación un lucro”, concluyó.
En tanto, al cierre de esta edición, en el local partidario de APP de Jesús María, trabajadores y militantes preparaban la sala de conferencias donde, con bombos y platillos, se dará el esperado anuncio.