El debate sobre quién debe garantizar la educación de calidad para todos suele omitir las razones por las que debido al fracaso de ofrecerla a través de la educación pública creció la demanda por una educación privada de calidad. Esta puede ser elegida libremente por los padres de familia, aunque a cambio de un pago mensual, lo que introduce estructuralmente la discriminación entre los que pueden elegir y pagar, y los que no pueden elegir porque no pueden pagar (salvo que el estado también financie las opciones privadas como ocurre en algunas ciudades de los EE.UU. y países europeos).

Fernando David García Culebro publicó el 29/7/2022 una sugerente columna en en la que procura explicar los considerandos detrás del modelo de una educación pública universal de calidad para todos como única opción y por otro lado el modelo de una educación diversa que permite la existencia de opciones privadas para quienes consideren libremente que sirve mejor a sus intereses personales.

Aunque el primer modelo es inaplicable en el corto y mediano plazo en los países que ya instalaron el segundo modelo, no deja de ser una imagen-objetivo que depende de la manera como se apuntale la educación pública para prestigiarla y convertirla en la opción deseable para todos los ciudadanos. Si así fuera, los actuales asistentes a las instituciones privadas se sentirían atraídos por las públicas, como ocurre con algunas universidades públicas brasileñas, argentinas y mexicanas, aunque sin eliminar del todo las ventajas de cada cual en función del NSE del hogar y colegio de procedencia.

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