Según estimó la Organización Marítima Internacional (OMI), durante la pandemia por el COVID-19 y hasta a fines de 2020, alrededor de 400.000 marinos a nivel mundial se encuentran aún en sus barcos sin posibilidad de ser repatriados y con contratos ya terminados, según reportó ONU Noticias.
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Muchos de estos, que no cuentan con acceso a atención médica en tierra, ya están en sus hogares sin tener la oportunidad de conseguir un trabajo para mantener a sus familias. Cumplen con las restricciones sanitarias impuestas en la mayoría de países, que mantienen cerradas las fronteras marítimas por la pandemia del nuevo coronavirus.
Matt Forster, un ingeniero inglés, trabaja para una empresa petrolera en Medio Oriente y Asia. Él tuvo inconvenientes con su contrato cuando estaba navegando. Por ahora, regresó a Inglaterra con su familia y continúa luchando por generar ingresos.
“No quiero volver (al mar) si me voy a quedar estancado de nuevo por otros seis meses. Y no soy solo yo: muchos otros marineros de todo el mundo sienten lo mismo. Va a hacer que la gente abandone la industria”, dijo.
La situación es tan complicada para Forster que ha reconsiderado la carrera profesional que eligió. “(Los marineros) queríamos ir a trabajar, aportar nuestro granito de arena y luego volver a casa. No nos apuntamos a lo que parecía una pena de prisión no deseada”, expresó a ONU Noticias.
Algunos de los miles de marineros estuvieron varados durante meses en los barcos, debido a las prohibiciones de viaje por la pandemia, principalmente, durante el pico inicial de restricciones.
De acuerdo con un comunicado de la OMI, la nueva vida de los marineros desde marzo, una lucha constante contra el coronavirus, es una “difícil situación” y una “violación de los derechos humanos”. Por su parte, el secretario general de la OMI, Kitack Lim, invitó a los países a garantizar “las condiciones de trabajo seguras y decentes” para estos empleados del mar.
Además, el capitán al servicio de Estados Unidos, Hedi Marzougui, asegura que la tensión ejercida sobre las tripulaciones, debido al trabajo diario en el mar, es un problema que afecta su salud mental, y aseveró que los empleados no son “robots” y no deben ser vistos como “ciudadanos de segunda clase”.
“Cuanto más tiempo te quedas ahí, más fatigado te sientes físicamente. Las horas, las semanas y los meses empiezan a acumularse, te cansas mucho y no estás tan listo”, expresó.
Por lo mismo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) busca que los Gobiernos reconozcan a los marineros como “trabajadores esenciales”. Hasta diciembre de 2020, 45 países aceptaron la determinación. Esto llevará a que los cambios de tripulaciones se lleven a cabo con mayor seguridad.
Miles de marineros fueron auxiliados por el Equipo de Acción de Crisis de la Gente de Mar de la OMI durante la pandemia del COVID-19, pero otros aún buscan condiciones salubres y apoyo diplomático.
La crisis por el coronavirus ha frenado a los 1,2 millones de marineros que trabajaban, muchas veces sin parar, en 55.000 barcos mercantes en el mundo, reportó el medio internacional Dolce Welle (DW). Un estimado de solo 200.000 de estos son reemplazados por tripulaciones mes a mes.
“Entre 120.000 y 150.000 marineros esperan aún poder dejar sus puestos de trabajo y regresar a sus hogares”, dijo en septiembre Maya Schwiegershausen-Lüth, encargada de la industria marítima en el sindicato alemán Verti a DW.
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