Las primeras manifestaciones de la literatura chimbotana estaban representadas por inmigrantes, quienes llegaron al puerto en busca de un trabajo.
Las primeras manifestaciones de la literatura chimbotana estaban representadas por inmigrantes, quienes llegaron al puerto en busca de un trabajo.

Con motivo de la Semana de Chimbote, simbolizada espiritualmente en la veneración a su patrón tutelar tratado con singular cariño y ternura “San Pedrito”, nos adherimos al singular acontecimiento citando determinadas partes alusivas del volumen “Chimbote: Literatura y Sociedad” (de nuestra autoría), publicado por la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote (2023). En las partes pertinentes citamos las palabras del prologuista, el sacerdote Juan Róger Rodríguez Ruiz, doctor y destacado investigador en el área de ciencias sociales, teología y educación, además de rector de la mencionada universidad.

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CONTENIDO

El contenido del libro se desarrolla a través de los capítulos: Negativo para un retrato, Chimbote en las cartas de José María Arguedas, Acceso a la literatura chimbotana, Escritores de y sobre Chimbote en la teoría y la crítica literaria, Poesía chimbotana del siglo XX (antología), y Narrativa chimbotana del siglo XX.

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LAS CARTAS DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Las cartas de José María Arguedas escritas en la segunda mitad de la década del 60 hacen referencia a Chimbote como tema central o en relación a este naciente puerto, donde “se abrieron perspectivas insospechables para un informe etnológico general sobre Chimbote y materiales para mi novela”. Se destaca una nota que escribió al P. Gustavo Gutiérrez, sacerdote de profunda espiritualidad y sensibilidad humana, pero sobre todo de amor a Dios y sentido eclesial, en la que le manifiesta: “Con tus palabras q. leí en Chimbote y más con el trabajo directo contigo se fortaleció mi fe en el porvenir que jamás me falló. ¡Qué bien nos entendemos y vemos, regocijadamente la luz q. nadie apagará!”.

Desde que Chimbote es una ciudad que intenta consolidarse desde su situación inestable, tensa y provisional, pero que empieza a vislumbrar un nuevo modo de ser, la literatura está impregnada y comprometida con esta realidad que va logrando su identidad en este proceso de gestación y desarrollo.

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POETAS PROPIOS DEL PUERTO

Entre los poetas y escritores del naciente puerto, Juan Ojeda, Mario Luna, Jaime Guzmán y Marcos Leclere eran chimbotanos netos, lo que también expresa que las primeras manifestaciones de la literatura chimbotana estaban representadas por inmigrantes, quienes llegaron al puerto en busca de trabajo y de realizar sus sueños. Aunque procedían de lugares disímiles, se incorporaron a esta nueva tierra y respiraron de su espíritu cálido y atmósfera porteña.

Los escritores sobre Chimbote encontraron un terreno fértil para revelar la compleja y equívoca situación socio-económica, política y cultural, cuyas publicaciones contribuyeron a divisar el panorama histórico y sociológico y a la vez perfilan propuestas que delinean los cauces de una nueva ciudad.

Se destaca a Hugo Vargas Tello, que con emoción canta en su poema “A Chimbote”: Cómo creces, Chimbote, / al calor de la esperanza. / Cómo creces atropelladamente. / El combate se ha hecho hambre / en tus entrañas, / las esperanzas se hacen vientos / en tus mares, / la tristeza nubla tus ojos / de metal, / tu grandeza se desmorona pesadamente”.

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NARRATIVA CHIMBOTANA DEL SIGLO XX

Lo más representativo se orienta hacia José María Arguedas con su obra “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, donde la pesca indiscriminada alentó la migración galopante, que desde la perspectiva narrativa cambió el indigenismo tradicional por la nueva dinámica del trabajo histórico de la tierra, donde los hacendados quedaron superados por los capitalistas pesqueros; los campos fecundos, por el inmenso mar; la comunidad indígena sentimental, por la barriada achorada, que en palabras del crítico Martin Lienhard “Los zorros constituyen la certera expresión de un indigenismo al revés”.

Por otro lado, Oscar Colchado, “evocador y sutil creador de experiencias sentimentales volcadas entre celajes y al trasluz, con extraordinaria sutileza y tema y con un trasfondo de tersura y distancia”, describe a Chimbote en sus facetas que van desde la frivolidad emotiva, pasando por las inclinaciones subterráneas del poder hasta llegar al sueño del hombre andino, que vino a Chimbote en busca de felicidad.

El laureado escritor nacional Julio Ortega es una de las “voces cimeras de la literatura peruana contemporánea”, cuya obra literaria ha sido antologada por prestigiosos críticos como Alberto Escobar. El reconocido autor casmeño, inspirado en la sensibilidad social, registra en “Memorias de polvo y luz” los movimientos populares, los reclamos sindicales y las huelgas sofocadas con desproporcionada y abusiva intervención policial.

Luego, Juan Ojeda, singular y excepcional poeta, autor de “La isla”, plasmó su inspiración literaria también en la prosa que, sin desarrollar un argumento específico, dibuja la influencia marina de Chimbote. A su vez, Julio Bernabé Orbegoso, con sus “Brumas sobre el puerto”, revela hechos, vivencias y testimonios que dejan una huella indeleble en la conciencia social.

El reconocido autor Guillermo Thorndike, con “Banchero: los adolescentes y alucinantes años 60 en Chimbote”, muestra a este puerto emergente y generador de riqueza y pobreza, dibuja la figura de Luis Banchero Rossi, la que marca un antes y un después con misterios asociados para siempre a su memoria.

Más actualmente, Dante Lecca, en algunos de sus relatos deja honda huella en el ánimo por su variado juego de matices con historias simples y emotivas y con personajes populares en aventuras que entrelazan una secuencia intrigante y sorpresiva.

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CONCLUSIÓN

En definitiva, el prologuista resume nuestro aporte: el autor describe a la literatura chimbotana concentrada en la narración y la poesía, géneros correlativos a los esfuerzos humanos por la formación definitiva de la comunidad que aún no logra delinear su fisonomía provisional e inmigrante.

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