Edipo Rey, el hombre que fue presa del destino
Edipo Rey, el hombre que fue presa del destino

Para encarnar a Edipo Rey, trágico personaje creado por Sófocles en la obra que lleva el mismo nombre,  viste camisa, pantalón de tirantes, medias de nailon y zapatos de cuero. El colchón de su cama de madera, la que usó para dejar embarazada a Yocasta, su propia madre (Sofía Rocha), está recubierta de suaves sábanas blancas y en el piso de su habitación reposa un televisor antiguo con el que ve y escucha noticias relacionadas con él.

Pero aquellos detalles pasan a un segundo plano cuando el protagonista se entrega en cuerpo y alma al texto escrito por el autor griego. , que nos tiene acostumbrados a entregarlo todo sobre el escenario, sufre por la peste que se ha desatado en el reino de Tebas, llora, se desgarra, enloquece y se pone violento cuando sospecha que algo le ocultan, cuando piensa que están tramando algo en su contra cuando recuerda de a pocos cómo mató a su padre, Layo, aunque él no lo sabe, tal como se predijo.

Tras la aparición de un testigo (Ismael Contreras), Edipo manda a buscar a la antigua empleada del rey de Tebas (Delfina Paredes), quien lo salvó de la muerte al entregar al niño a un habitante de Corinto, y esta le cuenta todo lo que ocurrió. Edipo confirmó sus sospechas, se maldice, y Yocasta se ahorca en el baño de su habitación. Cuando reacciona, Edipo va a buscarla. No puede hacer nada. Enfurece. Llora. Y se desgarra los ojos. Su cuñado Creonte (Paul Vega), quien había acudido a Teresías (Hernán Romero) para confirmar las predicciones, se hace cargo del reino y del cuidado de sus sobrinos.

HIPERREALISMO. Un par de horas antes del estreno,  nos comenta sobre este nueva versión de la obra de Sófocles que dirige Jorge Castro en el Teatro La Plaza de Larcomar.

“No creo que por tratarse de un clásico y de una tragedia griega tan representativa del teatro deba pensarse como un montaje a lo grande; al contrario, lo que la gente quiere ver siempre es una historia humana, con la que se sienta de alguna forma identificada, con conflictos, y que le pueda llegar a conmover. La obra está contemporanizada, tiene elementos modernos”, resalta.

“Edipo es un gran personaje de la tragedia griega, pero trato de tomar eso con cierta distancia, sin pensar en que por ello tenga que hacer una actuación enorme y grandilocuente. Hemos hecho un trabajo muy sutil y a nivel actuación hemos buscado el hiperrealismo, un naturalismo total, realismo psicológico explotado al máximo”, expresa.

“Le he puesto mi cuerpo, mi voz y mi alma. He tratado de acercar el personaje a mí mismo, que creo que es la única manera en que un personaje resulte humano y que tenga verdad en el escenario. Cuando empecé a actuar, no pensaba tanto así, pero eso es imposible. Por más que el actor se transforme, tiene que partir de uno mismo, porque se está usando a uno mismo, porque no es más que con su cuerpo y con su voz que le va a dar vida a los personajes”, remarca al actor que se preparó más de tres meses para tener a punto su personaje, pues no pensó dos veces en aceptar el reto.

CEGUERA. Por su parte, Jorge Castro, director de la obra que ha traducido Ciro Alegría Varona, explica por qué decidió montar esta tragedia.

“Me conmueve la herida profunda que hay debajo de la acción de este personaje, que es una experiencia iniciática de rechazo y desamparo. Creo que Edipo es un personaje que tiene una desmedida necesidad de aceptación, quiere sentirse querido y necesitado por todos, y esa necesidad es producto de un rechazo inicial. Las heridas en el amor propio que genera me parece que son asuntos que me conmueven y me parece que son vigentes en el ser humano”, indica.

“Creo que esta es una obra sobre la negación, sobre lo que nos cuesta ver y no lo vemos hasta que nos estalla en la cara”, concluye.

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