Élmer Mendoza: "Los humanos tenemos un gen que incita a la violencia"

El "Capi" Garay, un joven de 18 años que recibe la llamada de unos secuestradores que le exigen 4 millones de dólares para liberar a su padre, protagoniza El misterio de la orquídea calavera, la nueva novela del escritor mexicano Élmer Mendoza, quien estuvo la semana pasada en nuestra capital presentando su libro en la FIL-Lima 2014.

El autor, considerado el máximo exponente de la denominada "narcoliteratura" en su país, matiza su obra con una historia de amor y una aventura literaria sobre "Las Pozas", el jardín surrealista que creó en Xilitla (noreste de México) el millonario poeta y escultor escocés Edward James en 1944.

¿Le incomoda que digan que usted hace "narcoliteratura"?

Lo tomo muy bien. Yo he creado un género social muy intenso que se encarga de representar una realidad, que tiene que ver con la corrupción, con una sociedad permisiva, con un problema en la aplicación de las leyes, porque han habido cosas en que no hay leyes para juzgar ciertos tipos de delitos dentro de la delincuencia. México tiene 50 millones de pobres y la gente está dispuesta a entrarle a todo con tal de tener qué comer, incluso, arriesgar su vida.

¿Por qué eligió como tema el secuestro esta vez?

No siempre estoy seguro de por qué elijo algunas cosas, soy muy instintivo. Pero cuando estaba escribiendo esta novela, el diario El País me pidió un artículo sobre el secuestro y tuve que investigar una serie de puntos sobre esta industria. Me quedé asombradísimo por la violenta relación que se establece entre los secuestradores y los familiares de las víctimas.

¿Por qué utiliza a un joven de 18 años para abordar este tema?

Porque tengo la aspiración de hacer una literatura para el público joven. Yo tengo muchos lectores jóvenes, pero sé que en muchos casos los padres prohiben a los chicos leer mis novelas por la violencia que describo. Algunos dicen que se me pasó la mano, otros dicen que está perfecto, que es una literatura que sacude y que incita a pensar y a investigar

Usted dice que su literatura sacude, ¿pero lo que escribe es menos duro que la realidad?

No, la realidad es apabullante. No tiene sentido que por dinero un grupo de personas se atreva a apoderarse de otra, sea quien sea, y muchas veces las matan. El estado de choque en el que entra la familia es muy intenso, incluso sus relaciones se resquebrajan porque no saben qué hacer.

¿No le interesa otro género literario?

Probablemente no. Hay autores que tenemos cierta fascinación por el territorio de la violencia, por la descomposición social, y vivimos más intensamente escribiendo sobre esto. Yo he intentado escribir sobre temas diversos, pero no me sale. Los seres humanos siempre tienen como un gen que los incita a la violencia y que muchas veces es el gen que desarrollan para resolver la vida.

¿Por qué estos problemas aún no se solucionan?

Porque el narcotráfico es muy antiguo en México y se han desarrollado grupos de poder que tiene que ver con él. Siempre se especula, porque nadie lo puede demostrar, que en estos grupos hay gente de todos los sectores. Por otro lado, (el narcotráfico) es un frente de la economía muy poderoso. Hay economistas que dicen que si se suspendiera esa inyección de divisas, el país colapsaría en dos años. Yo me atrevería a decir que México no tiene problemas con el narcotráfico, hay acuerdos, tienen que fingir. Los sicarios son el problema.