​Gustavo Bueno: “Fujimori involucionó nuestro cine, lo retrasó, lo destruyó”
​Gustavo Bueno: “Fujimori involucionó nuestro cine, lo retrasó, lo destruyó”

Gustavo Bueno ha encarnado diversos personajes dentro de la gama de géneros que ofrece el cine, el teatro y la televisión, y se siente cómodo trabajando en estos tres espacios.

Sin embargo, el veterano actor, quien hoy será homenajeado en el 19° Festival de Cine de Lima, piensa que el cine “es fascinante” y, a propósito de este reconocimiento, confiesa que la película que más le ha marcado en su trayectoria ha sido La boca del lobo (1988), filme de Francisco Lombardi en el que interpretó al teniente Iván Roca. 

Otro personaje por el que es recordado, sobre todo por su famosa frase: “¡No me mire, cadete!, ¡¿quiere una fotografía mía calato?!”, es el del teniente Gamboa en La ciudad y los perros (1985), película con la que debutó en la pantalla grande. Al margen de esta frase, el intérprete aclara que aquel filme tiene un gran significado para él por la trascendencia histórica que representó en pleno conflicto armado.

¿Cómo logra ingresar al elenco de La ciudad y los perros?

Ese personaje (Teniente Gamboa) lo iba a interpretar un mexicano, pero no se logró concretar. Entonces, Manolo Castillo, que era jefe de casting de la película y en Iguana, me llamó. Allí hablé con “Pancho” (Lombardi), hice el casting y quedé. Yo no conocía a “Pancho” personalmente, pero lo respetaba como director.

¿Y lo llamó inmediatamente para La boca del lobo?

Él ya estaba planificando otra película sobre el terrorismo. Antes de escribir el guión, “Pancho” me dijo que quería que yo interprete a uno de los protagonistas del filme y desde allí se encadenaron otras producciones. Fue una relación fructífera.

De esas dos películas, ¿cuál fue la que le marcó más?

De La ciudad y los perros tengo un gran recuerdo porque fue mi primer trabajo en un largometraje; además, es una obra que yo había amado mucho. Pero la que me marcó fue La boca del lobo por su importancia histórica. A raíz de esta película, Caretas promovió una discusión de la forma equivocada en que se estaba llevando la guerra en el Perú. Y la discusión tuvo mucha acogida y creo que ayudó un poco a cambiar el curso de la guerra. Esa película es decisiva en mi preferencia, digamos, conceptual.

Y la gente recuerda bastante por la frase que usted suelta...

Sí, es una frase autoritaria, machista, que queda en el imaginario popular. No estaba en el guión ni en la novela de Mario Vargas Llosa. Quería acercarme al lenguaje militar de una manera más precisa. Cuando la grabamos, los que hacían de cadetes estallaron de risa. Es que sonó muy natural.

Desde ese entonces se hacían buenas películas. ¿Qué ocurrió?

Cuando la dictadura (de Alberto Fujimori) derogó la ley de exhibición obligatoria destruyó la cimiente de una industria fílmica en el Perú, la retrasó, no quería que esa ventana estuviera abierta y la cerró.