Alicia Maguiña Málaga, compositora, intérprete, investigadora y sobre todo una mujer que amó al Perú sin límite, falleció ayer a los 81 años, víctima de una súbita enfermedad neurológica que nos deja sin su inconfundible talento.
La destacada artista fue internada de emergencia el miércoles pasado en el Hospital Edgardo Rebagliati, con un pronóstico nada favorable. Lamentablemente no pudo recuperarse del derrame cerebral que terminó afectando órganos vitales que desencadenaron el triste desenlace.
Debido a la crisis sanitaria por la que atravesamos, la cantautora no recibirá el homenaje y la despedida que se merece. Su familia ha decidido que su sepelio y entierro será en privado siguiendo todos los protocolos exigidos.
EXITOSA CARRERA. Alicia Maguiña nació en Lima un 28 de noviembre de 1938, pero muy pequeña es llevada por sus padres a Ica, ciudad en la que ella empieza a sentir esa pasión por la música que la acompañaría hasta el final.
Por la decisión de dedicarse a lo que tanto amaba, Alicia tuvo que enfrentarse al prejuicio, la crítica y a los criollos bohemios que la veían como una señorita de clase alta, a quien no había que darle mayor crédito. Pero ella se impuso, logró beber de la fuente de grandes creadores para formar su propio estilo y fue testigo de jaranas de rompe y raja donde aprendió a bailar la marinera limeña.
HUAYNOS. El mundo andino tampoco le fue extraño, especialmente el folclore del centro, que la artista se dedicó a investigar a profundidad para luego interpretarlo con una autoridad que sorprendió a propios y extraños. Alicia Maguiña, frontal, sincera, generosa, maestra de muchos cantores y cantoras partió hacia la inmortalidad. Difundir su obra será la mejor forma de mantener vivo su legado.