Ratifica su ascenso con la temática de violencia contra la mujer y consolida su obra cuestionadora de la sociedad en la que vivimos.
Ratifica su ascenso con la temática de violencia contra la mujer y consolida su obra cuestionadora de la sociedad en la que vivimos.

“No amarás sobre todas las cosas” (2023), es el título del segundo libro de cuentos del escritor Luis Alejandro García (Trujillo, 1993). En su cuentario anterior demostró destreza en las técnicas de contar historias, por lo tanto, ratifica su ascenso con la temática de violencia social contra la mujer. Asimismo, consolida su obra cuestionadora de la sociedad que vivimos. La forma y fondo fluyen con particular estilo que lo diferencia entre la narrativa actual liberteña. Avanza con seguridad y calidad.

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NARRATIVA Y VIOLENCIA

El epígrafe de Elena Garro nos anticipa “aquí la ilusión se paga con la vida”. Léase con atención los cuentos titulados: “No podía volar” (p. 11), “Lucana, los pies descalzos” (p. 17), y “No amarás sobre todas las cosas” (p. 57). En estos encontramos situaciones de maltrato y feminicidio. Es el fiel reflejo de lo que viene ocurriendo en la sociedad peruana, con víctimas que sufren violencia sicológica, física y sexual, principalmente las mujeres de distintas edades y condiciones socio económicas.

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NO PODÍA VOLAR

Se constata el entorno familiar de Remildo, comprendido por la madre, pero no por su progenitor. Su infancia se desarrolló entre el arrebato y la violencia. Revisemos el diálogo: “Vamos para la casa, por favor. No, suéltame, ya te dije que me voy para mi mamá. ¿Me vas a dejar?, perra de mierda. ¿Me vas a pegar otra vez?, suéltame” (p. 13). Se convirtió en victimario, su agresividad viene del maltratado infantil provocado por su padre alcohólico. Tiene visión equívoca del amor y la posesión, lo cual lo llevó a quemar a su pareja. El papá quemó las alas a los canarios, como castigo a Remildo, quien había descuidado a los pájaros. La madre, confiesa: “Un día, mi marido llegó del trabajo. Venía molesto de la calle, casi siempre llegaba así. Y los ve a los canarios volando. Le dio una maja al Remildo. Le dijo que no sabía cuidar algo que le había dado con tanto amor, que era un inútil. Luego le dijo que le iba a quemar las alas a los pobres animalitos para que así no vuelvan a volar. El Remildo aún tenía los surcos de las lágrimas en las mejillas. Sí, sí, le decía. Y les quemó las alas a los pobres. No se imagina lo que gritaban esos animalitos” (pp. 14-15). Presenta vocabulario adecuado.

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LUCANA, PIES DESCALZOS

La parte testimonial evidencia cultura y subcultura. Personajes de diferentes visiones. María Zapata, estudiante de sicología, lo percibió como alguien tranquilo que entraba en el edificio, sin pensar lo peor. “Nunca pensé que era alguien que venía a matarse” (p. 24). Sin embargo, la declaración emitida por Juan Carlos revela prejuicios y estereotipos hacia los foráneos, en actitud desconfiada. El participante Jaime Ayala relata que: “se me acercó y me preguntó para cuándo terminaría la obra. Me pareció sospechoso, usted sabe, hay que tener cuidado con los extranjeros” (p. 24). El cadáver del otrora joven escritor fue recogido por su prima. Lucana continuó su vida. Es tema de asombro al concluir el cuento. María da una meditada perspectiva e indicios qué pudo haber ocurrido, de pronto optó por suicidarse y acceder a Lucana, su amada imaginaria y fantasmal. A nivel formal denota adecuada estructura lingüística.

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NO DIGA ESO, BUEN HOMBRE

En este cuento los personajes no pueden controlar sus finales terrenales y aún ancianos actúan tal como se lee en los diarios y se observan en los noticieros televisivos. Intuyen la muerte y proyectan su defunción. Dice el varón: “Cómo será, solo quiero morir tranquilo junto a mi esposita”. Escribe el sujeto narrador: “No sé cuánto caminamos hasta llegar a su casa, ya en la puerta me preguntó si quería pasar y conocer a su mujer. No me negué, era alguien que necesitaba mi ayuda. Es algo que nunca olvidaré” (p. 29). Se muestra a un joven que comete asesinato, justificando cumplir el deseo del anciano. Se zarandea a la moral y a la ética de la sociedad que con su indiferencia normaliza criminales acciones. Leamos: “Tampoco olvidaré el sonido del choque de la carne y los huesos contra la tierra húmeda. Ahora sé lo que pesa un muerto, me dije. La mujer fue la que más me costó matar, porque ella sí no se quería morir. Tiene que ser así, le dije. No se puede quedar sola, es horrible. Los pequeños ojos del viejo permanecían imperturbables. Su cuerpo rígido, despojado de la vida” (p. 29). Sin duda, es un cuestionamiento a nuestra realidad, y a quienes conducen esta sociedad deteriorada.

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NO AMARÁS SOBRE TODAS LAS COSAS

Cierra el libro con este cuento que le da el título, así las historias tienen el entramado temático en el contexto de la violencia entre hombres y mujeres. Obviamente los conflictos crean reacciones y resuelven intrigas. “Las Violetas” merodean. Expone la consciente y razonable posición ante la violencia, como el suicidio de Hedgar Alegría. El autor no opta por temas egocéntricos, por lo contrario, sin descuidar el carácter literario aborda la problemática discriminativa contra la mujer. Aparecen Martha y Bebel, el cura Gamboa y sus violaciones. Se ubican a Huanchaco y Trujillo. En definitiva, son cuentos que presentan ideas organizadas en oraciones y sus párrafos son coherentes. García cuenta historias de asesinatos en discursos narrativos que estremecen. Vale.

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