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Desde hace cuatro meses, la historiadora peruana María Emma Mannarelli asumió el cargo de jefa institucional de la  (BNP), responsabilidad que trae consigo muchas brechas, pero a su vez un sinfín de propósitos para fomentar la lectura en la población. Uno de los principales retos es facilitar el acceso y descentralizar el lugar que alberga ejemplares literarios, manuscritos, periódicos, revistas y diversos documentos históricos.

Sabemos que usted recién se ha incorporado a la jefatura de la Biblioteca Nacional. ¿En qué situación ha encontrado la administración? 

La administración de la BNP tiene una gran complejidad, porque -a diferencia de América Latina- la del Perú está vinculada con las bibliotecas públicas y el Sistema Nacional de Bibliotecas, todo junto. En otros países, es separado. Entonces, eso hace que el reto y los problemas sean mayores. Además, es un presupuesto que tampoco cubre todas las necesidades que tiene una biblioteca. Queremos que cada vez más gente nos mire, que nos exija, que nos pidan libros y sean decididos al decir “quiero tal libro”.

¿Cuál es el plan para que más personas se acerquen a la lectura?

Primero estamos informatizando todo el sistema de la biblioteca, tanto administrativamente como en los órganos de línea. Es decir, en la conservación, gestión, en la dirección de acceso y la lectura, en la promoción, así como en las políticas públicas. Estamos promoviendo estándares de cómo deben ser las bibliotecas en las distintas regiones del Perú. Queremos lograr que el ingreso sea más fluido para que la gente entre con su DNI sin necesidad de carnet. Al ver que el acceso es engorroso, las personas se regresan a sus casas; y sin querer estamos poniendo las trabas.

¿Por qué motivo se hace tan difícil el ingreso?

Por temor a que se pierdan libros, aunque de todas formas se extraviaban y se deterioraban. Lo que ahora queremos lograr es cambiar el protocolo interno para que los visitantes puedan ingresar y se sientan cómodos. También estamos promoviendo la biblioteca digital, pero con cuidado, porque sabemos que no hay muchos espacios de lectura en el Perú. La gente no tiene un lugar en su casa donde leer y nuestros espacios públicos son muy inseguros. Entonces, digitalizando nuestro material hacemos dos cosas: protegemos nuestro patrimonio y también animamos a la gente a leer.

En cuanto al público, ¿ha ido en aumento? 

Por lo mismo que tenemos 4 meses recién aquí, no tenemos cifras; pero tengo entendido que hasta el 2017 sí aumentó. Tampoco tenemos recursos para obtener datos precisos porque, al no estar informatizado el sistema, nuestra información estadística es muy frágil.

¿Cómo piensan mejorar el informe de las estadísticas? 

A través de planillas, fichas de lectura, para saber quiénes están leyendo; si son hombres o mujeres, qué edad tienen, qué intereses tienen, si su demanda ha sido satisfecha o no. Ello es algo importante para nosotros. Queremos invitar a las personas a leer, decirles que la lectura es placentera, que es algo que te estructura, que te calma, que te hace mejor. Así como cambiar la Ley de Depósito Legal, por ejemplo, que se descentralice; de esta forma seremos personas más críticas por medio de la lectura. La biblioteca se parece muchas veces a su sistema educativo, así como en Perú, que adolece de bastantes problemas, no llega a todos, no es buena, como es todo lo público en este país.

Acerca de los libros que fueron saqueados por Chile, ¿estos han sido devueltos en su totalidad? 

No. Este es un tema delicado por varias razones. Primero se decía que se llevaron una cantidad y otros decían diferente cifra. Entonces, no podemos hablar de un número exacto. Pero lo que hemos rescatado, en total, llega a ser cerca de 4000 libros y esperamos que sean leídos por los visitantes.

Sobre los libros publicados por la BNP, ¿qué títulos hay? 

Tenemos varios, como el boletín Libros y letras, la revista Fénix y otras publicaciones de ciencias.

Perfil

María Emma Mannarelli es Jefa institucional de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP). Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Columbia (Nueva York), donde se doctoró en Historia. También es escritora.