Museo de Arte Italiano. 17 de junio de 1961 (Foto: GEC Archivo Histórico)
Museo de Arte Italiano. 17 de junio de 1961 (Foto: GEC Archivo Histórico)

A inicios de los años 20 el Perú comenzó a vivía una exaltación patriótica que se expandió a las comunidades extranjeras residentes en el país. Se trataba de la década del Centenario de la Independencia, y todos los peruanos querían celebrarlo a la grande.

Ciertamente, el centro de las celebraciones recaería en la ciudad de Lima, por lo que las comunidades extranjeras allí residentes empezaron a organizarse para estar presentes, con una obra arquitectónica, en el evento peruano más importante del siglo XX.

Para dicha coyuntura, la comunidad italiana, que era una de las más fuertes económicamente de la época, creó el Comité Italiano del Centenario para iniciar la construcción del Museo de Arte Italiano; un obsequio que simbolizara para el Perú, no sólo los estrechos lazos con Italia, sino sobre todo lo mejor que los italianos podían regalarle al país anfitrión, su cultura.

En ese entonces Gino Salocchi, presidente del Comité Italiano del Centenario y además director gerente del Banco Italiano de Lima, encargó a Mario Vannini, establecer los contactos necesarios para llevar a cabo la obra.

Vannini inició se contactó con el connotado arquitecto milanese Gaetano Moretti, y posteriormente se embarcó a Italia para constituir una Comisión Consultiva, de la que formó parte uno de los críticos de arte más importantes del momento, Ugo Ojetti, para la elección de las obras que se presentarían en el museo.

La construcción del museo se dio en el entonces llamado Parque de Neptuno, un sector que se incorporó a la ciudad en 1872 después de la demolición de las murallas coloniales de Lima antigua.

En 1922 Gaetano Moretti vino a Lima para supervisar y dirigir las obras del edificio, el cual se inauguró al año siguiente, el domingo 11 de noviembre de 1923, con un acto de entrega simbólico de llaves por parte de la comunidad italiana, representada por la joven italo-peruana Ida Maccagno, al Presidente del Perú, Augusto B. Leguía, quien fascinado por la obra condecoró al arquitecto otorgándole el nombramiento de Gran Oficial de la Orden del Sol del Perú.

El museo presentó elementos de la arquitectura de Bramante, relieves y detalles decorativos inspirados en Donatello, Ghiberti, Miguel Angel y Botticelli. La fachada se completó con los escudos de las principales ciudades italianas y dos gigantescos mosaicos con los personajes más notables de la historia de Italia.

Con respecto a la colección, Mario Vannini adquirió para el museo casi 200 obras de 100 artistas italianos, entre esculturas, pinturas, grabados, dibujos y cerámicas, convirtiéndose en una cabal muestra artística italiana de principios del siglo XX.

En 1972, el museo pasó a ser administrado por el entonces Instituto Nacional de Cultura. A fines de los años 80, el museo recibió nuevas donaciones de artistas italianos contemporáneos incrementado su colección con 35 obras más.

En 1991, a iniciativa del Embajador de Italia, Bernardino Osio, se constituyó la Asociación Amigos del Museo de Arte Italiano, que tiene por fin apoyar los trabajos necesarios para poder revalorizar, tanto el inmueble como su colección artística.

Hoy, el museo, además de tener una de las colecciones más importantes del país, ha albergado varias exposiciones itinerantes de gran importancia, como Giotto en Padua, en la que se apreció la réplica oficial de la Capilla de los Scrovegni, y la exposición Del mito al sueño. Rodin, Dalí.

El museo cuenta con una biblioteca, cuya colección destaca por sus volúmenes acerca del arte italiano. También, contiene material audiovisual referente a su colección. Se ofrece, igualmente, el programa Explorando el Museo; un programa didáctico y entretenido para niños desde los tres años en adelante y público en general; consistente en el desarrollo de unos ejercicios para que el público pueda descubrir el museo de manera entretenida.

Como parte de su interés en llevar arte y cultura para todos, el museo ofrece desde 1998 el Programa de visitas guiadas para invidentes que les permite conocer la colección de esculturas de mármol y bronce del museo mediante el tocar las esculturas con guantes especiales. Este servicio es totalmente gratuito y se accede a él previa reserva.