Considerada la más clásica pieza de las composiciones clásicas, la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven celebra dos siglos de su estreno mundial en Viena, Austria.
La novena y última sinfonía del genio alemán es, según los expertos, la obra sinfónica más interpretada en el planeta, y lo será aún más en este jubileo de su bicentenario.
Compuesta por encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres, la partitura original de la “Sinfonía nº 9″, opus 125, se encuentra en Berlín, Alemania.
Para el compositor germano Aribert Reimann [fallecido el pasado marzo], “esta obra es en última instancia un llamamiento, un anhelo de confraternización, de alegría y júbilo, por la utopía de la paz mundial, por un mundo sin guerras ni destrucción”.
HISTÓRICO
Beethoven completó la obra en marzo de 1824 y el 7 de mayo del mismo año se estrenó en el Theater am Kärntnertor de Viena, el antiguo Teatro de la Corte Imperial, demolido a fines del siglo XIX.
El estreno mundial de la Novena Sinfonía estuvo dirigido por Michael Umlauf y supervisado por el propio Beethoven, quien solo se apoyó para su trabajo en las partituras, pues por entonces estaba ya completamente sordo.
Según se cuenta, una cantante tuvo que avisarle al compositor que se diera la vuelta para responder a los clamorosos aplausos de un auditorio entusiasmado que no podía oír. Esa fue su última aparición en público.
La Novena pasó a la historia como una obra extraordinaria, revolucionaria, que la ha situado desde el primer día en el Olimpo de la música clásica universal.
EL COMPOSITOR
Nacido en Bonn, Alemania, en 1770, Beethoven viajó con 17 años a Viena con el deseo de recibir clases de Wolfgang Amadeus Mozart, pero tuvo que regresar enseguida debido a la muerte de su madre.
Cuando, cinco años más tarde, volvió a la capital imperial, Mozart ya había fallecido. Con 22 años Beethoven se convirtió en alumno de Joseph Haydn y a partir de ese momento permaneció en Viena hasta su muerte en 1827.
Beethoven estrenó su Novena Sinfonía en 1824 en el teatro de la Corte Imperial de Viena y allí sonó por primera vez “Oda a la alegría”, compuesta para coro y solistas.