Rafo Ráez: "Nunca pensé vivir de la música, ni siquiera ahora lo pienso” (VIDEO)

Yo entregué mi juventud al Perú, y el Perú me hizo viejo” son las primeras líneas del tema El hombre que quería ser un árbol, una de las canciones más populares de Rafo Ráez, músico con casi 20 años de trayectoria artística. En conversación con diario Correo, el también compositor habló sobre sus proyectos para este año en distintos largometrajes, sus intereses musicales y su última rueda de conciertos realizados en diversos distritos de Lima.

¿Qué aporte te dejó la gira que realizaste en el Británico? 

La experiencia ha sido positiva, y hasta magnífica en varios sentidos. En primer lugar, el Británico se da el lujo de tener estudios de grabación como auditorios, y sus ambientes tienen buena acústica.

¿Documentaron en un video o audio tus presentaciones? 

Nosotros queríamos hacer estos conciertos tipo grabación de disco, y es eso lo que hemos hecho, aprovechando el acondicionamiento de los auditorios. Por otro lado, la recepción del público fue linda. Hay fechas que no puede entrar toda la gente que viene; pero, en general, es bastante exitosa y agradable, la verdad.

Tu primer contacto con la música fue con una guitarra que te prohibían usar... 

Bueno, era la guitarra de mi hermano. En sí, no era que me prohibieran tocarla, sino que era la única que había en la casa, era finísima, entonces no debía agarrarla. Uno de niño lo ve así, como una prohibición.

¿Dirías que ese fue el inicio para dedicarte a la música? 

No, en absoluto. Sencillamente sabía que era un buen lugar donde pasar muchas horas.

Estudiaste Antropología y terminaste la carrera, ¿en algún momento pensaste en dejar tus estudios por la música? Nunca pensé vivir de la música, ni siquiera ahora lo pienso. En realidad, he terminado viviendo para la música. Siempre estudié mi carrera con total seriedad. Soy antropólogo, quise serlo, y digamos que ese fue mi proyecto laboral. Pero la gente quería que siguiera tocando, y así lo hice.

¿De qué manera influyó tu carrera profesional en la música? 

La antropología es traducción cultural, y la música es comunicación con ciertas técnicas muy sutiles. Un comunicador musical entrenado con esta formación tiene una visión más amplia.

¿Eso se ve reflejado en tus discos y las diferentes etapas que has tenido musicalmente?

Sí, por ejemplo, una ley del mercado es que si repites siempre lo mismo, la gente identifica el producto. Pero, por otro lado, todo ser humano y todo artista es muy diverso, y lo que le hace bien es aceptar esa diversidad y ejercerla. Es decir, el ser humano no está hecho para ser un producto.

"Un comunicador musical entrenado con esta formación (antropológica) tiene una visión más amplia”

La música tiene esa diversidad, ¿es posible catalogarla de buena o mala?

Digamos que es un poco como con la comida. Es decir, siempre va a haber una que no te gusta, pero le debe gustar al que la cocinó. Si quien la preparó no se la come, entonces es un estafador. Si lo llevamos al esquema de los negocios, si estás vendiendo algo que tú no comprarías, estás estafando.

¿Cómo es tu proceso de creación?

Me imagino diez o quince años antes y qué canción hubiera necesitado que existiera en ese momento, más o menos por ahí sale. De algún modo, esto es algo que copié del poeta José Watanabe: mi público objetivo soy yo mismo.

¿Qué proyectos tienes para este año? 

Ahora estoy haciendo música para películas. Hay una directora que está haciendo su primer largometraje y me convocó. Hasta ahora todo va bien. En general, estoy haciendo música para cine todo el tiempo.

¿Te interesaría explorar otros géneros, además del rock? 

Me encanta el trap. Me gusta mucho. De hecho, acabo de hacer un trap electrónico con un DJ llamado Arnold Quiroz (Arbold). En realidad, he hecho la voz.

¿Con qué grupo te gustaría compartir escenario?

Están saliendo buenas bandas. Con La Lá tal vez. Hemos coincidido muchas veces. Tal vez podríamos proponer algo entretenido. Sería interesante. 

Perfil

Rafo Ráez, cantautor, antropólogo y productor musical

En 2008 grabó con la ganadora de Grammy Susana Baca, en la musicalización de un poema de Juan Gonzalo Rose. Su última discografía se publicó en 2016 y se tituló Sauna de coca.

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