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En las manos de Matilde López Baltodano reposa la magia y cuando esta se desata, en un abrir y cerrar de ojos, genera maravillas. Su insumo: el junco, esa planta que crece en ríos y lagunas, con tallos erectos, cilíndricos y comprimidos, a los cuales los convierte en verdaderas piezas de arte que causan admiración.
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Así plasma cuadros hermosos de diferentes representaciones, paisajes, pero sobre todo valora nuestras raíces y cultura milenaria, siempre con creatividad, precisión y pulcritud con colores aplicados directamente en el junco.
Los más hermoso de la costa, sierra y selva, así como de la cultura Moche, son retratados por esta artista autodidacta huamachuquina, cuyas obras actualmente son exhibidas en la denominada Expo Santorini que se realiza en la sala de arte de la pizzería Santorini, ubicada en la calle Santa Clara de la urbanización La Merced, en Trujillo.
La actividad, que le permite poner en vitrina sus obras, es resaltada por Matilde, cuyo talento no deja de causar asombro por donde vaya.
“Resaltar la cultura organizacional de la empresa Santorini, la cual la coloca dentro de las líderes en su rama y con ésta novísima propuesta " Expo Arte” está brindando un gran apoyo a los artistas plásticos, promoviendo y promocionando el arte y la cultura en la ciudad de Trujillo y dando a conocer al mundo”, remarcó la artista.
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También añade que lamentablemente este empuje que necesita el arte y la cultura no se siente desde los espacios del Estado.
“En nuestro Perú, aún subsisten y creo, se respeta, en gran medida la diversidad artística que representa la identidad de cada pueblo; sin embargo, por su dinamismo, se aprecia la influencia de nuevas tendencias que han dado un viraje a las formas de expresión y comunicación artísticas. Puede ser que las políticas públicas estén perfectamente bien dadas; sin embargo, existe un desconocimiento y gran insensibilidad en los organismos competentes. El Perú necesita una competencia cultural en todas las esferas”, puntualizó.
De allí que Matilde López Baltodano espera que las autoridades, sobre todo las locales, empiecen a cambiar de chip para darle al arte y la cultura el lugar que le corresponde.
“Trujillo es y será la capital de la cultura, pero lamentablemente esto se ha desvanecido en los últimos años, pero allí aún está presente sus artistas y actividades. Lo que hace falta es que se impulse más y, para ello, es necesario que se vea a la cultura y el arte como una inversión para el desarrollo de los pueblos, como ocurre en otros países”, sostuvo.
