Por: Jerry Bautista
Juan Diego Gonzales-Vigil se caracterizó por ubicarse en todo el frente del ataque y no solo buscaba los goles, sino que apoyaba al equipo con su gran despliegue físico. Ese ámbito era su prioridad. Y hoy, a sus 40 años, lejos del fútbol, incursionó en la hípica: su constancia, experiencia y conocimiento hicieron que se convierta en un entrenador de caballos rápidamente.
¿Cómo inició tu aventura en el mundo de la hípica?
Viene de hace bastante tiempo, pues nací y crecí en Lurín, en un área donde crían caballos. Entonces, es de toda la vida, desde chico. Con el tiempo, cuando era un poco más grande, mi padre dejó de criar caballos, estuve un tiempo afuera y me dediqué al fútbol. Cuando ya acababa mi etapa profesional, volví al hipódromo para ver carreras y me interesó bastante el tema de la preparación. Y así, como jugando, inicié. Hoy, ya se ha convertido en una profesión.
Comentaste que sacaste tu patente de preparador propietario y luego como profesional. ¿Pensaste que ibas a dar ese salto?
No, en verdad no lo tenía muy planeado. Simplemente, me gustaban los caballos y me interesé por los entrenamientos. Tuve un par, Castello y Quincho, y empecé a estar un poco más encima de las prácticas, para ver cómo funcionaba el tema. Me atrajo y ya después pude sacar mi patente como preparador propietario para entrenarlos. Me gustó, seguí avanzando y obtuve la patente profesional. Ahora, tengo todo un equipo de trabajo con el que hemos estado creciendo bastante últimamente y las cosas nos han estado saliendo muy bien.
¿Tu etapa como futbolista te ayudó a organizar este nuevo tipo de entrenamientos?
Sí, creo que bastante. Toda la vida en el fútbol, en el deporte de alto rendimiento, he sido un jugador bien físico, así que estaba muy preocupado por ese aspecto. He hablado mucho con los preparadores físicos e intercambiaba ideas. Y, bueno, el caballo de carreras es un animal bastante especial, muy potente y hay que dedicarle bastante tiempo, ser incisivo con el entrenamiento y cuidar bastante de los detalles. Creo que esas dos cosas van de la mano para que se puedan adaptar y usar. Por ahora, me están sirviendo.
¿En tus labores también vigilas la alimentación?
Sí, la alimentación y el cuidado son los aspectos más importantes. Además, el descanso. Y la gente que trabaja conmigo, que se dedica a los caballos, son claves. Sin ellos, sería imposible, y les agradezco mucho, puesto que pasan más tiempo con el caballo.
¿Cuánta diferencia hay entre las prácticas de un caballo y una yegua?
En carrera, tanto hembras como machos casi que se desarrollan a la par. Las yeguas de carreras son iguales de potentes y fuertes. Si bien hay carreras separadas, en un montón de ocasiones corren juntos y resuelven sin problemas. Eso sí, el entrenamiento es diferente. Las yeguas trabajan distinto, las cargas son diferentes y hay que cuidarlas un poquito más, dado que tienen un poco de dificultades con las comidas, son más sensibles o tienen el problema del celo. Entonces, hay que estar de cerca. A veces, con menos entrenamiento corren mejor, así que hay que tener bastante cuidado con eso.
En 2024, Magic Power, tu caballo, fue campeón del Derby nacional. Se te notó muy emocionado, ¿cuánto significó para ti?
Fue un montón. A Magic lo tuve desde que lo adquirimos del Haras San Pablo. Fue el primer año con potrillos con la patente profesional y era la primera vez que corría un derby. Este caballo es especial, le tenemos mucho cariño y demostró que podía hacer bien las cosas. La verdad, estuve emocionado, no me imaginé poder ganar, porque es una carrera bien difícil. La gente que trabaja conmigo y el caballo me ayudaron para que eso sea posible. Creo que es algo que no voy a olvidar, pues el derby es la carrera con la que todo el mundo sueña. Se nos dio el año pasado y fue bien bonito. Estoy agradecido con el propietario y con toda la gente que trabaja alrededor del caballo, porque fue una experiencia bastante fructífera para todos.
El “Lobo” espera que el Derby Nacional sea un éxito este domingo 23 de noviembre (12:00 p. m.), en el Hipódromo de Monterrico del Jockey Club. “El hipódromo es un lugar muy bonito y la carrera va a estar peleada. Creo que es una experiencia que hay que vivir”, comentó.





