Las figuras más importantes del vóley peruano, artífices de muchas alegrías en el deporte nacional, vuelven a unirse para una jornada llena de emociones y nostalgia
Las figuras más importantes del vóley peruano, artífices de muchas alegrías en el deporte nacional, vuelven a unirse para una jornada llena de emociones y nostalgia

La celebración de mates potentes, saques precisos o bloqueos impetuosos quedaron grabados en la retina de todos los amantes del vóley nacional gracias a una excepcional generación dorada. Justamente, Leyla Chihuán, recordada capitana de la selección, decidió reunir a renombradas figuras para disputar un Torneo Máster en el mítico Coliseo Dibós.

¿Cómo inició la idea de lanzar el Torneo Máster?

El año pasado recibí la invitación de mis amigas para disputar el torneo que organizaba el Regatas Lima. Me animé a entrenar y pasar rato con ellas, pues son momentos únicos y divertidos. Ya estando dentro, me di cuenta que las personas se enteraron y querían vernos, pero ahí no era posible, al ser un club privado. Luego, a principios de este año, me fui a Arequipa y, como extrañaba a las chicas, se me ocurrió plantearles un partido con la selección local. Hicimos un cuadrangular, salió súper chévere y seguimos por Cusco y Trujillo. Hablamos también con empresas privadas para solventar el evento.

Al margen de los reencuentros fuera de las canchas con antiguas compañeras, ¿qué tal fue la nueva estadía entrenando y jugando con exigencia?

La exigencia es la máxima. Tenemos el chip de deportistas profesionales y de seleccionadas nacionales, así que no nos cuesta mucho empezar a competir. Algunas sí están más al tanto de las canchas, dado que son entrenadoras. Yo tengo una escuela deportiva, aunque soy la administradora y no dirijo. Y volverlas a ver, estar con ellas, ha sido maravilloso. Todas compartimos canchas en algún momento y no ha sido nada difícil. Estamos contentas y siempre pensando en que vamos a estar cerca del público nuevamente. Ese es nuestro objetivo principal: recordar viejas épocas.

¿Extrañabas todo eso? ¿La sensación de compartir vestuario, la relación con tus compañeras y el aliento de los aficionados?

Sí, ni se imaginan lo que fueron los homenajes. Volvimos a sentir lo que es una concentración, desde las horas de desayunos, almuerzos y cenas hasta los partidos. Revivimos un sinfín de anécdotas y estamos más que encantadas. Parece que no transcurrió el tiempo y menos en nuestro vóley, porque seguimos teniendo un ritmo de alto nivel. Nos hemos reído y también llorado por lo que pasamos con nuestro maestro Man Bok Park y con alguna compañera que ya no está entre nosotros. Continuamos siendo muy felices haciendo lo que nos gusta.

¿Te ha costado un poco el regreso a la actividad? ¿Entrenabas regularmente tras retirarte?

Bueno, yo soy de las personas que va al gimnasio toda la vida, así que físicamente creo que estoy muy bien, pero el ritmo de vóley no lo tenía, es algo diferente. Me comenzaron a doler las rodillas de nuevo, ja, ja, ja; y a algunas compañeras, el hombro. No obstante, con estos días que veníamos entrenando y jugando, estábamos listas otra vez.

Después del paso por Trujillo, Cusco y Arequipa, ¿qué expectativas tienes de la cita en Lima?

Vamos a enfrentar a equipos Masters del Regatas y Real Club. Son cuadros de nivel A con figuras que defendieron la selección nacional, como Vivian Baella, Andreina Ruiz o Sheila Quiroz. Serán jornadas hermosas.

Finalmente, ¿qué sensación te genera volver al Coliseo Eduardo Dibós?

Estamos con nervios y emociones a flor de piel. Sabemos que hay una buena acogida y, por ese lado, estamos más que felices. Va a ser muy bonito reencontrarnos en la cancha donde hemos pasado los mejores momentos de nuestras vidas y entregado clasificaciones olímpicas y mundiales al país.

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