Amputada de sus extremidades, la deportista, que apunta a clasificar a los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, da una lección de vida y motiva a las mujeres a que no se rindan. (Foto: Legado)
Amputada de sus extremidades, la deportista, que apunta a clasificar a los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, da una lección de vida y motiva a las mujeres a que no se rindan. (Foto: Legado)

Shirley Meléndez tenía 25 años y había acudido al Hospital Guillermo Almenara para ser atendida por unos cálculos renales. Por una negligencia médica, de acuerdo a su testimonio, salió del lugar con las extremidades amputadas. Han pasado siete años de ese terrible episodio y ella continúa exigiendo justicia. En ese lapso, vale decir, Shirley encontró en el deporte una vía para demostrarle al mundo que no existen los límites. Hoy, es la primera mujer en representar al Perú que corre con prótesis en las piernas.

¿Cuánto te costó volver a caminar?

Las primeras veces que me ponía de pie, mi terapeuta o mi familia, estaban con un pañuelo al costado, porque lloraba, yo sentía muchísimo dolor, pero dentro de tanto dolor, eran más mis ganas de salir adelante. De que si un día aguantaba un minuto parada, al día siguiente aguantar dos y así hasta aguantar cinco y aguantar una hora y poder caminar.

¿Cómo inicia tu historia con el deporte?

Cuando conocí a Carlos Felipa (paratleta), en una ortopedia, a finales del 2018. Allí estaba dando mis primeros pasitos. Me comentó que él hacía deporte, que existía la Asociación Nacional Paralímpica del Perú. Al comienzo, estaba un poco escéptica, porque decía ‘yo, ahorita, no puedo ni pararme, cómo voy a estar corriendo, practicando algún deporte’. Investigué y me puse en contacto con la Asociación. Hoy, Legado nos abre las puertas de sus instalaciones a los atletas convencionales y a atletas con discapacidad.

Y cómo fue el proceso de correr con prótesis...

Me dijeron que no caminaría y ahora estoy corriendo, con la camiseta de Perú que tanto adoro. Al principio, cuando vi una pista atlética, solo corrí 10 o 15 metros, porque no podía más. Desde ahí, han pasado años y ahora corro kilómetros si hago sumatoria de tiempo. Pero todo es así, paso a paso. Quizás, si en ese momento me hubiera concentrado más en el dolor que sentía, en cómo estaba, hubiese sido más fácil rendirme y no seguir adelante, pero valió la pena el sacrificio.

¿Cuál es tu próximo objetivo?

Estoy enfocada en los entrenamientos para un campeonato que se va a desarrollar en abril en México y pueda lograr mi clasificación ante el Comité Paralímpico Internacional, con miras a los Juegos Panamericanos Santiago 2023.

¿Qué trabas has encontrado en todo este camino?

Vivimos en una sociedad en la que hay muchas barreras, muchas cosas nos frustran, que no haya acceso para ir a todos los lugares, las mismas condiciones, el desconocimiento de las leyes que protegen los derechos de las personas con discapacidad.

Falta concientizar a la sociedad en ese aspecto...

Me gustaría dar charlas en los colegios. Si tú organizas ese tema de convivencia con deportistas con discapacidad en un colegio, donde todos los niños van a estar ahí, ellos luego van a llegar a sus casas y le van a comentar a su familia, a sus amigos. Así construiríamos una sociedad más inclusiva.

¿Qué reflexión hacer de todo lo que has vivido?

Este mundo está hecho para ser feliz, este mundo está hecho para luchar por nuestros sueños y este mundo está hecho también para inspirar.

Y algún mensaje para las mujeres, en esta semana tan especial...

Que nunca se den por vencidas, que pueden conseguirlo todo lo que se propongan, más allá de los problemas. Eso de ser guerreras lo tenemos todas. Somos imparables. Quiéranse muchísimo, ámense, adórense, valórense y luchen por sus sueños.