Cada vez más empresas toman la decisión de desvincular al personal, ya sea porque buscan nuevas funciones, nuevos perfiles o debido a la situación económica. Ante esta realidad, las personas suelen cometer errores durante el proceso.
Fernando Miranda, Consultor Asociado de LHH DBM Perú señaló que, desde la perspectiva del ejecutivo que enfrenta la desvinculación, hay algunos aspectos que son fundamentales evitar:
- No tomarlo personalmente y buscar que la salida sea en buenos términos. Es crucial buscar una salida lo más amigable dentro de lo posible. A menos que existan infracciones legales o maltrato evidente, se debe buscar una desvinculación ordenada. Lo primero es no tomárselo como algo personal y buscar que esta salida sea en los mejores términos posibles con la compañía, buscando dejar siempre, “la puerta abierta”. Hemos visto casos en que los ejecutivos regresan a empresas de las que en algún momento fueron desvinculados porque las situaciones cambian. Es importante mantener una buena comunicación con la empresa, con la finalidad también de alinear la información, tener claro los motivos, la situación que se está dando y alinear el mensaje que se da al exterior (recordemos que las empresas a las que vamos a postular laboralmente, podrían pedir referencias a nuestro anterior trabajo). Esto evita malentendidos y contribuye a un proceso de transición adecuado.
- No cortar el periodo de duelo: Es importante no apresurarse más de lo necesario y permitirse un breve periodo de duelo tras la desvinculación laboral. Pretender desde el día uno, decir que “no pasa nada”, no tiene un sustento. Es importante que tomemos un tiempo para aceptar la situación y la nueva etapa de vida que estamos iniciando. Además es un momento de reflexión para interiorizar las oportunidades que aparecen, y evaluar los próximos retos profesionales que queremos enfrentar.
- No entrar en pánico: No debemos entrar en pánico y en ese momento, fruto de la desesperación, comenzar a contactar a todo el mundo, a repartir nuestro curriculum por todos lados, probablemente logremos el resultado contrario al que estamos buscando. Es el momento ideal para hacer un alto y reflexionar sobre nuestros objetivos profesionales para el futuro. Es necesario hacer una autoevaluación respecto de lo que hemos venido desarrollando en nuestra carrera profesional, ¿dónde me encuentro? ¿Qué quiero para mí en el futuro? Entonces, es importante reflexionar, ordenar las cosas, plantear estrategias, para luego encontrar un trabajo.
- No enfrentar el proceso de búsqueda con planificación: La búsqueda de empleo debe ser trabajado como un proyecto organizado, planificado y estratégico. Aquí es donde un programa de outplacement es de gran ayuda para poder identificar claramente nuestra propuesta de valor, el lugar en el que queremos seguir desarrollándonos, establecer una estrategia e implementarla de manera correcta.
- No involucrar a la familia: La familia juega un papel crucial en el proceso de transición laboral. La comunicación abierta y la participación de la familia pueden ser fundamentales para brindar apoyo y soporte emocional durante este proceso.
- No organizar nuestras finanzas. Esto es esencial durante la transición laboral. Aunque algunos gastos pueden considerarse superfluos temporalmente, creo que también es importante evitar crear un ambiente de “economía de guerra” en la casa porque lo que se requiere es mucha tranquilidad. Necesitamos estar bien enfocados en el proceso de búsqueda de un nuevo empleo. Siempre recomiendo que la liquidación recibida debe verse en una primera etapa, más que como “dinero” como “tiempo”, permitiendo al candidato centrarse en su proceso.
“Por último, si reciben rápidamente una oferta laboral, la decisión de aceptarla debe basarse en que tanto cumple con las expectativas deseadas, aceptar solo por miedo, puede ser perjudicial a mediano y largo plazo, y debe ser cuidadosamente analizado”, puntualizó.