El perfil del viajero corporativo ha cambiado significativamente en los últimos años, impulsado por avances tecnológicos, nuevas expectativas laborales y una creciente demanda de sostenibilidad. Las empresas han respondido ajustando sus políticas de viaje, enfocándose en aspectos clave como la flexibilidad, la tecnología y el bienestar del empleado.
En América Latina, el sector de viajes corporativos está en pleno auge. Según la Global Business Travel Association (GBTA), se espera un crecimiento del 32% en la región durante este año, impulsado por la reactivación económica y la necesidad de fortalecer la conectividad tras la pandemia. En Perú, las proyecciones indican que este mercado alcanzará niveles pre-pandemia en 2025, consolidándose como un motor clave para la economía nacional.
“El crecimiento del mercado de viajes corporativos en Perú es una clara señal de la reactivación económica y de la importancia de la conectividad internacional para los negocios. Por ende, es fundamental que las empresas de servicios ofrezcan soluciones adaptadas a las necesidades cambiantes de sus clientes corporativos, facilitando sus procesos y contribuyendo al desarrollo de sus negocios”, afirmó Claudia Ruaro, gerente comercial de Air France y KLM en Perú.
Las nuevas prioridades del viajero corporativo
El viajero corporativo actual no solo busca cumplir con sus objetivos de negocio, sino también hacerlo de manera consciente, considerando factores como sostenibilidad, bienestar y tecnología. Entre las principales prioridades destacan:
- Sostenibilidad: Los viajeros demandan servicios que reduzcan la huella de carbono, como vuelos con menores emisiones y alojamientos sostenibles.
- Tecnología: Las soluciones digitales, como aplicaciones móviles y plataformas de gestión de reservas, son esenciales para simplificar la planificación y el seguimiento de viajes.
- Bienestar: Priorizar la comodidad y la salud del viajero mediante opciones de calidad, horarios flexibles y apoyo durante todo el trayecto.
- Flexibilidad: Los servicios deben adaptarse a las necesidades individuales, permitiendo cambios en itinerarios y la combinación de viajes de negocios con ocio, una tendencia conocida como bleisure.
La evolución de este perfil exige una adaptación constante por parte de las empresas y proveedores del sector. Este cambio no solo responde a las necesidades del viajero, sino que también impulsa experiencias que equilibran productividad y comodidad.
“Se debe acompañar al pasajero con soluciones que se ajusten a sus necesidades, fortaleciendo su experiencia en cada etapa del viaje. De esta forma, se contribuye a impulsar el tejido empresarial en Perú y la región”, concluyó Ruaro.
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