Una menor inversión privada dificulta el crecimiento de la economía y reduce los ingresos fiscales (públicos), por tanto, el Perú se verá obligado a tomar más deuda pública en los siguientes años, dijo Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research.
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Explicó que en el 2021 y 2022, los ingresos fiscales crecerán y reducirán el déficit fiscal (más gastos que ingresos) de 8.5% del 2020 a 3.5% y 3.9% del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2021 y 2022, respectivamente.
Sin embargo, en adelante, el déficit fiscal será de 3.5% del PBI, lo que implica que el Perú se verá obligado a tomar más deuda para atender los requerimientos del país.
Así, estima que la deuda pública peruana mantendrá una línea ascendente y sería equivalente al 42% del PBI o producción nacional, hacia el 2026.
Para evitar que el déficit fiscal sea alto “será necesario que desde ya el Gobierno tenga mayores ingresos, o que contenga los gastos”.
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Arriba y abajo
Perea informó que el BBVA revisó al alza el crecimiento económico de Perú para el 2021 y pasó de 9.9% (en julio) a 12.2% (en octubre).
Ello, porque el desempeño de la economía fue mejor de lo que se esperaba en el tercer trimestre, y entre octubre y diciembre también superará las expectativas.
En tanto, bajó su proyección de crecimiento para el próximo año a 2.3%, insuficiente para generar empleos adecuados y reducir la pobreza, que en el 2020 aumentó 10 puntos.
Será, principalmente, porque la inversión privada caería 9.7%, ante la baja de la confianza empresarial por el entorno político.
Perea indicó que el riesgo de que el Perú mantenga la incertidumbre política es que esta ocasionará crecer menos y se mantendría una inflación alta.
Refirió que el sector minero e hidrocarburos aún no recupera el nivel de la prepandemia (2019), considerando que tienen una alta demanda de inversión.
Explicó que la presión de la inflación irá disminuyendo, por lo que en el segundo semestre del 2022 retornará al rango meta del Banco Central de Reserva (BCR), que es entre 1% y 3%.