Las empresas mineras formales tienen una carga fiscal (impuestos) que suma el 57% de sus ganancias, señaló a Correo el ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos Gálvez.
Además, explicó, a esa carga de impuestos se suman las inversiones de las empresas para sostener la producción. “Los inversionistas mineros se quedan con el 20% o 30%, en promedio, de las ganancias”, manifestó.
El vocero económico de Perú Libre, Pedro Francke, señaló en un programa dominical de televisión que en un posible gobierno de Pedro Castillo se negociará con las empresas mineras para que aporten más al Estado, considerando que en el pasado ya se hizo.
“Preocupan Francke y Humberto Campodónico, que en el 2011 (en el gobierno de Humala) ya se sentaron con nosotros para negociar; se terminó con un impuesto especial al sector minero; es tan especial que se aplica inclusive a las empresas con contrato ley”, recordó.
Precisó que, entonces, se puso una tasa de impuestos progresivos porque reclamaban tener participación de la “sobre ganancias”.
Sin embargo, “aparentemente no se tiene memoria o quieren más, pero querer más significa que pueden destruir la fuente de generación de valor”, aseveró.
Presión tributaria. Carlos Gálvez señaló que se debe apostar por una presión tributaria óptima, aquella que no destruya valor. De lo contrario, en lugar de recaudar más se recaudará menos.
Es decir, cuanto más alta es la presión tributaria las empresas tienen menos estímulos para invertir, por tanto, dejan de crecer y sus aportes al fisco empiezan a disminuir, recalcó.
“Cuando se paralizan las inversiones se empieza a perder recaudación. Ha pasado en Bolivia, en Venezuela y en todos los países que aumentan la presión tributaria en las empresas”, precisó.
Explicó que la inversión que hacen las empresas no es solo para crecer en volumen, sino también para mejorar tecnología y aumentar la productividad.