Por Christian Lengua
El Ejecutivo publicó hace unos días la norma con la que autoriza la reprogramación de las deudas de Reactiva Perú y FAE Mype ante la situación de pandemia. El periodo de gracia fue extendido por 12 meses y se tendrán hasta tres años para cancelar la totalidad del crédito. El 15 de julio es la fecha límite que tienen las empresas para solicitar esta reprogramación.
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Las mypes con créditos entre S/ 90 mil y S/ 750 mil conservarán su tasa de interés y podrán solicitar la ampliación siempre que registren más del 10% de caídas en sus ventas durante el cuarto trimestre del 2020. Mientras que las medianas y grandes empresas con préstamos entre S/ 750 mil y S/ 5 millones podrían sufrir un aumento en su tasa de interés y solo podrán acceder las que sufrieron una pérdida mayor al 20% en sus ventas durante el cuarto trimestre del 2020.
Sin embargo, esto no ha caído bien en las empresas de turismo que conforman la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), que piden la extensión de los préstamos de Reactiva para toda la cadena de valor turística, sin excluir a empresas por tamaño o clasificación.
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Alonso Roggero, director gerente de Metropolitan Touring y miembro del directorio de Apotur, aseguró que la mayoría de empresas sin estar reactivadas tienen que empezar a pagar Reactiva. “Estamos sorprendidos porque la norma que ha salido para la extensión de los créditos solo contempla a las empresas con préstamos hasta S/ 5 millones. Pero los créditos de Reactiva iban hasta S/ 10 millones, con lo que se está dejando fuera a las empresas de mayor tamaño”.
Para el directivo no se entiende el criterio técnico de dejar expuestas a las empresas grandes, sobre todo en lo que respecta a la industria de turismo receptivo, porque son las que nutren de trabajo e ingresos a las pequeñas y medianas empresas como guías, alojamientos, transporte, y donde todas funcionan como en un sistema integrado.
“Esto es todo lo contrario a un win-win. Aquí todos van a perder, las empresas grandes van a quebrar, y no les van a pagar a los bancos, que se van a ir detrás de las garantías de Cofide, y también pierden los trabajadores. Por donde lo mires es un grave error. Por el contrario, si extiendes la estructura de este crédito todos ganan”, afirmó Roggero.
Señaló que la norma está esperando que salga el reglamento, pero el marco regulador no puede ir en contra de la norma en sí misma. Lo que corresponde es corregir la norma misma para no tener el límite de S/ 5 millones.
Por su parte, Aldo Machiavello, presidente de Apotur y gerente general de Delfín Amazon Cruises, sostuvo que existe un desconocimiento total de la dinámica del negocio del turismo receptivo, porque en la cadena de valor todos se nutren de la misma fuente, de pasajeros y por los turistas que ingresan al Perú.
“Hemos hablado innumerables veces con la ministra de Turismo [Claudia Cornejo], con la viceministra de Turismo [Lyda García], con el BCR, MEF, Asbanc. Por ejemplo, los bancos están alineados con nosotros y sorprendidos de esta resolución. Y el BCR no requiere ese 3% [que representan los pagos de las grandes empresas], porque no es que le falte liquidez. [Dichos pagos] No le van a mover la aguja en absoluto”, apuntó Machiavello.
Lo grave, refirió, es que se pone en riesgo una cartera de miles de millones de soles, que si no se puede honrar estas obligaciones, pasarían de vigente a pérdida, complicándole la vida a los bancos, y el BCR tendría que honrar el aval y pagar.
EL LADO TURÍSTICO
Asimismo, Machiavello comentó que como representante de Delfín Amazon Cruises, empresa de cruceros en la Amazonía peruana, están pasándola muy duro como todas las empresas de turismo en el país sin poder operar. “Estamos sentados sobre el producto, en este caso activos como los barcos. Mantenerlos cuesta un dinero grande, sino el activo deja de tener valor. Además, hay que mantener a un grupo humano”, precisó.
Acotó que el turismo está contenido y están listos para operar una vez que se levanten las restricciones. No pueden jugarse el riesgo de no estar preparados, ya que de otro modo el turismo se irá a otro lado. La competencia viene fuerte, porque todo el mundo quiere agarrar esa demanda reprimida, señaló.
En tanto, Roggero subrayó que es perfectamente viable abrir el turismo receptivo. Y lo primero sería levantar lo que llama el ‘combo antiturismo’, que es la cuarentena obligatoria de 14 días que deben cumplir los viajeros del exterior, independientemente que traigas una prueba PCR negativa o certificado de vacunación.
“La población de los principales países viajeros del mundo ya están comenzando a escoger sus destinos, porque ya se acerca el momento de empezar a viajar. Pero están escogiendo otros países que tienen las puertas abiertas al turismo”, puntualizó.