El Perú ocupa en la actualidad el puesto 27 de 33 países en América Latina en cuanto a gasto corriente en salud como porcentaje del PBI (5%). Sin embargo, según el último informe elaborado por IPAE y el Consejo Privado de Competitividad (CPC), no solo hace falta dinero para resolver las falencias que tiene el sistema de salud. Ambas entidades proponen ejecutar cambios fundamentales en el sistema actual para optimizarlo. Incluso con medidas que se podrían implementar de inmediato, respondiendo a las carencias del sistema.
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Miguel Andrés Jaramillo, economista senior del CPC, señaló que con los recursos actuales se puede hacer mucho más, y contar con un sistema de salud que atienda al ciudadano como debe ser. La propuesta gira sobre tres funciones básicas como son rectoría, prestación y aseguramiento.
En cuanto a prestación, que es la que más impacta en el ciudadano, propuso la implementación de las Ugipress, que son las unidades de gestión del Ipress, como se les conoce a los establecimientos de salud. Esto, debido a que el Minsa tiene un conflicto al ser el ente rector para velar por el cumplimiento de las normas del sistema, pero al mismo tiempo es prestador de servicios al encargarse de la atención de Lima, y asistiendo a un total de 231 unidades ejecutoras a nivel nacional.
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Como organismos públicos ejecutores, las Ugipress funcionarían de manera independiente. En el caso de Lima estaría adscrito al Minsa, y se haría cargo de los establecimientos del primer y segundo nivel de atención. Adicionalmente, en cada región también se crearía un organismo similar que estaría adscrito al gobierno regional, y se encargaría de gestionar la administración de la prestación del servicio.
Finalmente habría una Ugipress adicional adscrita al Minsa, que se encargue de administrar los establecimientos del nivel tres.
“El MEF es el rector en temas de presupuesto e inversiones, y hacen un buen trabajo porque no se deben encargar en el día a día de los impuestos, porque para ello crearon la Sunat que funciona de manera independiente con su propio pliego. La idea es descargar al Minsa para que se cree una unidad que gestione los establecimientos de salud y los servicios que recibe el ciudadano”, afirmó Miguel Andrés Jaramillo, economista senior del CPC.
Asimismo, indicó que la infraestructura de salud es deficiente, ya que el 78% de los establecimientos, del primer nivel sobre todo, tiene capacidad inadecuada en materia de recursos. En muchos casos está desfasada ya que está en condiciones de atender las cargas de enfermedad de hace 20 años. Pero ahora que la expectativa de vida ha mejorado, los mayores problemas en el país tienen que ver con enfermedades crónicas y no trasmisibles. Esta deberían ser resueltas en el primer nivel, pero eso no ocurre.
APP DE BATA BLANCA
En esa línea, Rocío Medina, economista del Consejo Privado de Competitividad, acotó que entre las medidas que se requieren implementar con urgencia, la más inmediata es complementar la oferta de servicios de salud a través de las Asociaciones Público Privadas (APP) o con los contratos de Gobierno a Gobierno (G2G).
En este punto, la economista refirió que lo primero debe ser retomar una medida que se descontinuó en el sector salud, y se trata de un plan de inversiones. “Partiendo de algo tan simple como sentarse a priorizar inversiones, ver dónde se necesita cubrir ciertas brechas para ofrecer servicios de calidad y oportunos, se puede sacar un plan de inversiones prioritario”, sostuvo.
De esta manera, se puede tener una hoja de ruta que permita ejecutar estas inversiones a través de “modalidades de APP de bata blanca”, quiere decir proyectos de inversión que no son solo infraestructura sino acompañados de la gestión del servicio. En EsSalud hay dos hospitales que se han construido bajo esta modalidad y que tienen un alto nivel de satisfacción.
Otra medida de corto plazo, acotó Medina, es complementar el sistema de compra venta de servicios entre sector público y privado. Esto ayudaría a resolver el problema de la falta de precios y negociaciones entre las IAFAS (aseguradores) con los prestadores de servicios, que no permitía a los afiliados a Essalud o el SIS atenderse en ciertas clínicas en la pandemia.
RECTORÍA Y ASEGURAMIENTO
Jaramillo agregó que en cuanto a la rectoría, es importante darle al Minsa una visión de corto, mediano y largo plazo, por lo que se debería implementar un área de seguimiento que monitoree indicadores clave, establezca prioridades, y haga un seguimiento cercano. Una Secretaría de Conducción Estratégica, que incluya una Unidad de Monitoreo y Seguimiento favorecería un plan de infraestructura para ver qué lugares del país se pueden priorizar.
En cuanto al aseguramiento, el economista senior precisó que es fundamental que el SIS se convierta en un verdadero fondo asegurador, que mancomune riesgos que vele porque sus afiliados estén siendo atendidos de la mejor manera por los establecimientos de salud. Y para ello el SIS debe fortalecerse con mayor presupuesto y un directorio independiente con representantes del MEF y el Minsa que puedan tomar decisiones.
Sobre cómo podrían calar estas propuestas en pleno año electoral, Jaramillo detalló que es una ventana de oportunidad para que estas iniciativas sean acogidas y se implementen. “Es una buena oportunidad para que esto ocurra, y de mejorar el sistema de salud con estos cambios que son bastante importantes, y que es lo que la gente merece”, apuntó.