La nueva estrategia de fiscalización que implementaría la SUNAT busca identificar si el IGV que los contribuyentes utilizan proviene de operaciones reales y legítimas, lo que podría derivar en desconocimiento del crédito fiscal y sanciones severas.
La nueva estrategia de fiscalización que implementaría la SUNAT busca identificar si el IGV que los contribuyentes utilizan proviene de operaciones reales y legítimas, lo que podría derivar en desconocimiento del crédito fiscal y sanciones severas.

La intensificaría, en un futuro cercano, el control sobre la trazabilidad del IGV, exigiendo a las empresas mayor transparencia en el origen de sus fondos y operaciones financieras.

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Guillermo Ruiz, gerente de GARC Asesoría Empresarial, advierte sobre esta tendencia y sus implicancias. “SUNAT está implementando tecnologías avanzadas y decretos legislativos para categorizar a los contribuyentes y evaluar la autenticidad de sus operaciones. Si una empresa compra un bien o servicio de un proveedor que no tiene una cadena de suministro real, podría perder su derecho al crédito fiscal y enfrentar multas o incluso procesos de investigación por defraudación tributaria”, explicó Ruiz.

Anteriormente, la fiscalización se centraba en la fehaciencia de las operaciones, donde las empresas debían presentar documentación para demostrar que sus transacciones eran reales. “Ahora, SUNAT no solo exige pruebas de la operación, sino que busca verificar la trazabilidad del IGV, asegurándose de que cada eslabón en la cadena de proveedores sea legítimo”, agregó el experto.

Para mitigar estos riesgos, GARC Asesoría Empresarial recomienda a las empresas realizar auditorías preventivas que permitan validar la legitimidad de sus operaciones. “Las auditorías preventivas ayudan a verificar si los proveedores tienen capacidad operativa, lo que se puede hacer mediante cuatro criterios clave: trabajadores en planilla, activos registrados, fuentes de financiamiento y capital social. Si un proveedor no cumple con estos requisitos, representa un riesgo tributario significativo”, detalló Ruiz.

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El especialista enfatiza la importancia de monitorear la calificación tributaria de los proveedores y clientes, ya que trabajar con empresas de bajo cumplimiento fiscal puede derivar en auditorías y sanciones. “Los empresarios deben anticiparse. No pueden esperar a que SUNAT los fiscalice, deben tomar medidas proactivas para garantizar que sus operaciones sean completamente transparentes”, destacó.

GARC Asesoría Empresarial se posiciona como pionero en la advertencia sobre la trazabilidad del IGV y ofrece soluciones estratégicas para que las empresas puedan protegerse ante futuras fiscalizaciones. “El mensaje es claro: la fiscalización de SUNAT evolucionará y solo aquellas empresas que se preparen con anticipación podrán evitar contingencias y garantizar su estabilidad financiera”, concluyó Ruiz.

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