En julio de 2020, durante el pico más alto de la pandemia por el nuevo coronavirus, la Defensoría del Pueblo había alertado sobre el considerable incremento de residuos biocontaminados que producían las personas afectadas por la COVID-19 y la urgente necesidad de establecer estrategias para su debido tratamiento.
A pesar del tiempo transcurrido, la guía dada en el Informe de Adjuntía Nº 02-2020-DP/AMASPPI.MA que la Defensoría publicó a partir de recomendaciones hechas por la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) y el Ministerio del Ambiente para la gestión de residuos sólidos durante el estado de emergencia por la COVID-19, no han sido tomadas en cuenta por las autoridades municipales ni del propio sector Salud para difundirlas y que sea aplicada por la ciudadanía.
Si bien ya se ha demostrado que el principal modo de contagio del SarsCov2 es a través de los aerosoles que se producen por las vías respiratorias al hablar o gritar, el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de EE.UU. no han descartado que pueda existir contagio por contacto con superficies contaminadas.
El director ejecutivo de Salud Ambiental de la Gerencia Regional de Salud (Geresa), Zacarias Madariaga Coaquira, refirió que normalmente la ciudad produce 500 toneladas diarias de residuos domiciliarios y se estima que durante la pandemia se incrementó hasta 800 toneladas por los desechos de mascarillas, trajes de bioseguridad, protectores faciales papeles y otros residuos que principalmente lo producen los afectados por los virus atendidos en su domicilio y su entorno.
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Tratamiento de residuos
De acuerdo con el informe defensorial, estos desechos domiciliarios que en Arequipa bordean las 300 toneladas y no son distintos a los que se producen en un hospital para la atención de los infectados, deberían colocarse en una bolsa de polietileno y amarrarla. Luego se debe rociar una solución de hipoclorito de sodio (lejía) al 1% y depositarlo dentro de otra bolsa que esté en un tacho. Esta también debe ser amarrada y pulverizada con la misma solución, amarrarla y etiquetarla o si no establecer un color distintivo para el último empaque con el que se advierta su contenido para su identificación y disposición final.
Parte de este procedimiento debería aplicarlo el personal de Salud. En la resolución ministerial Nº 193- 2020- MINSA: Documento Técnico para la prevención, diagnóstico y tratamiento de personas afectadas por la COVID, menciona que los pacientes con COVID que se encuentran en sus domicilios bajo tratamiento y seguimiento epidemiológico deben contar con un tratamiento seguro de sus residuos procedentes de su atención médica y considerados peligrosos.
El personal de salud debe llevar dos bolsas rojas a las viviendas para que al final de la atención, coloque los materiales usados y realice el procedimiento descrito en el informe defensorial. Luego lo depositará en un contenedor que debe estar dentro de la ambulancia para finalmente trasladarlo a un hospital y colocarlo en un almacén de residuos.
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Sin segregación
La Defensoría pidió que todos estos desechos sean considerados como biocontaminados para evitar cualquier riesgo de contaminación y contagio, especialmente entre recicladores y personal de limpieza de las municipalidades, sin embargo, no ha sido considerado por las autoridades ni aplicado por la población, quizás por falta de información.
“No se ha hecho esa diferenciación porque desconocemos quién está con COVID y quién no, esa información solo la maneja el sector Salud. La recolección de los residuos es general y la única recomendación que se ha dado a los trabajadores es que sean cuidadosos con la manipulación de los residuos”, sostuvo Wuilber Mendoza, alcalde de Socabaya y presidente de la asociación de Municipalidades del Perú (Ampe).
Madariaga agregó que los residuos considerados como biocontaminados tienen un tratamiento distinto desde su recolección hasta su disposición final, todo enmarcado dentro de la norma técnica 144 -MINSA/2018/DIGESA, para la Gestión Integral y Manejo de Residuos Sólidos en Establecimientos de Salud, Servicios Médicos de Apoyo y Centros de Investigación.
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Establecimientos de salud
Esta norma específica que todos los residuos producidos en los establecimientos de salud, desde el primer nivel de atención hasta los hospitales deben estar diferenciados con bolsas de color rojo mientras que los frascos y agujas descartables deben ser depositados en cajas etiquetas
Carlos Espinoza Ochoa, jefe de Salud Ambiental del hospital Honorio Delgado, explicó que hasta antes de la pandemia producían hasta 700 kilos de residuos por día que se recogían de las salas de operación, hospitalización y emergencia, pero por la atención de los pacientes COVID se incrementó y hoy se desecha hasta 1,200 kilogramos cada 24 horas. Todos los residuos se almacenan en un ambiente de 150 metros cuadrados y cada 48 horas son retirados por la empresa de transporte Valcar Eirl.
La falta de un relleno sanitario u otro sistema que pueda operar en Arequipa para la disposición final de estos residuos obliga que el hospital desembolse 50 mil soles mensuales para su traslado hasta un relleno sanitario que está ubicado entre los cerros Campana y Cabrera del sector de El Zapallal, distrito de Carabayllo, en la ciudad de Lima.