El Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Cerro Colorado, que dirige el juez Paul Ruiz Paredes, dispuso hoy la prisión preventiva de 8 meses para el sub oficial de la Policía Anthony Pérez Mamani para que afronte la investigación en su contra por causar la muerte de Fredy Pacompía Aragón y su hijo de 16 años de edad a balazos, además de dejar heridos a Maryori Pacompía Arias y su hermano Jeampiere Pacompía Arias.
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El juez aceptó el requerimiento solicitado por la fiscalía que acusa al agente policial por los presuntos delitos de homicidio simple por la muerte de padre e hijo en concurso ideal de tentativa de homicidio por dejar heridos a los hermanos la madrugada del último domingo en los exteriores de la discoteca Bananas.
La fiscalía proyectó que por ambos delitos, el policía podría recibir hasta 16 años y tres meses de cárcel efectiva. El magistrado sostuvo que existen elementos de convicción variados y congruentes que vinculan al imputado con los delitos cometidos, como las declaraciones de las víctimas que indicaron que fue el policía quien hizo los disparos contra la familia, que lo hizo uno tras otro sin estar rodeado e incluso que gatilló contra Fredy Pacompia Arias estando de espaldas.
También tomó en cuenta la exposición de documentos como el de la inspección de la escena del crimen, necropsia de los cuerpos, entre otros. En su intento por lograr que la investigación contra Anthony Pérez se desarrolle en libertad con comparecencia, la defensa postuló que el policía disparó haciendo el uso de la legítima defensa para repeler la familia Pacompia que, según la declaración del agente, lo tenía rodeado con palos y cuchillos para agredirlo.
El juez advirtió que no hubo una agresión real que motive el empleo de su arma de fuego. “El procesado señala que intentaron robarle e intentaron agredir, no que se realizó. Eso no justifica la existencia de una agresión”, dijo el magistrado tras recalcar que el policía pudo haber evitado el enfrentamiento, como lo hizo en un primer momento tras recibir un golpe en la puerta de la discoteca y correr a una cuadra de distancia para ponerse a buen recaudo. No hubo la necesidad de regresar y usar el arma porque pudo llamar a la Policía para que intervenga”.
El juez remarcó también que con su preparación, el agente policial debió proceder de una forma distinta.