Amelia Salas Villanueva aún no supera el susto que se llevó el 1 de octubre del 2020 cuando al medio día un fuerte sonido la alertó , y es que una de las habitaciones de su casa se dio con la impactante escena que el techo se había desprendido y el cemento con trozos de ladrillo estaban encima de las camas, ropero y artefactos que quedaron inservibles.
El problema se originó con los trabajos de la construcción de la vía de la Variante de Uchumayo. El movimiento permanente de material en pesados vehículos generaban vibraciones en la zona de Fátima donde vive Amelia Salas. “Todo el día era el movimiento y nosotros sentíamos como temblores, eso ha malogrado mi casa que ahora esta toda rajada”, comentó.
Luego de la caída del techo, personal de Defensa Civil del Gobierno regional se acercó y colocaron puntales de madera en los ambientes de la casa, pero solo han generado incomodidad, porque no brindan ninguna seguridad.
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Aquel día fatídico llegaron a la zona autoridades como el alcalde de Yanahuara, Anghelo Huerta, quien le ofreció apoyarla para retirar en escombro del interior de la vivienda, pero al acercarse a la comuna para hacer efectivo el ofrecimiento le indicaron que era una propiedad privada y no podían hacer nada.
Peor fue respuesta del Gobierno Regional de Arequipa (GRA) quienes hace dos meses deslindaron una posible responsabilidad asegurando, por un documento, que los daños no se generaron por los trabajos de la Variante de Uchumayo, sino por las lluvias. “Mi casa tiene más de 40 años y ha pasado terremotos y temblores y nunca sufrió daños. Puedo comprender que no quieran asumir todo el gasto, pero no querer reconocer lo que han generado y encima quieren que se vea que fueron las lluvias, no me parece correcto”, comentó.
Amelia junto a su hijo, nuera y nietos viven en la casa en constante temor porque no tienen otro lugar para vivir. Han tratado de reubicarse a otras habitaciones en la parte posterior del terreno y ahí duermen, pero en el día cocinan y están en la sala donde las paredes y techo tienen rajaduras.
“Nosotros no tenemos ingresos económicos porque solo trabaja mi hijo. Espero que el GRA reconsidere lo que nos ha dicho y asuma los daños que nos hicieron”, remarcó.