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Cuando la abuelita de Herber Vela del Carpio tuvo un derrame cerebral en el 2007, los médicos no le dieron esperanzas. El joven no dudó en entregar su vida en las manos de quien siempre confió cuando era un niño, la Virgen de Chapi.
“Yo le dije a la virgencita, si mi abuelita se salva, yo haré que la fe de la virgencita llegue a todas partes del país”, recordó Herber, sobre aquel juramento que le hizo. Hoy, la abuelita de Herber tiene 75 años, contra todo pronóstico médico se recuperó del derrame cerebral y tiene una vida feliz con sus hijos.
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Vela de Carpio se gana la vida como asistente de oficina y hace 12 años recorre el país con la imagen de la Mamita de Chapi. La lleva a diferentes festividades religiosas para que sea conocida por otras personas. Su testimonio del milagro que le concedió la virgen, es uno de los miles realizados por la virgencita.
La representación de la Virgen de Chapi que carga con él, la compró en el 2011 en el Santuario de Chapi del distrito de Polobaya. Pese a que su costo era más económico que ahora, tuvo que ahorrar por un tiempo para poder comprarla. El tamaño es de casi un metro y su peso de 6 kilos, aproximadamente.
Tras tres años, debido a la pandemia de la COVID-19, Herber acudió al Santuario de Chapi. Recorrió con la virgen en brazos y en la espalda por 16 kilómetros, desde 7 Toldos hasta el santuario. La devoción de este arequipeño es tal, que no piensa abandonar sus recorridos. “Hasta que el cuerpo aguante y hasta que la mamita lo permita”, dijo.
Con los años, le ha confeccionado vestidos. Además, lo característico de la imagen son las medallas que obtuvo durante años de la Municipalidad Provincial de Arequipa, cuando era alcalde Alfredo Zegarra.
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No obstante, Jorge Olivera y María Escobedo han caminado 60 kilómetros del distrito de Mollebaya al Santuario de la Virgen de Chapi, guiados por algunas piedras pintadas en el camino que realizaron los antepasados y se mantiene con el tiempo.
“Venimos desde Mollebaya, casi 60 kilómetros vamos a recorrer. Es una tradición de familia, tengo un hermano que también camina. Pedimos a la virgencita salud y que cambien las cosas en el Perú”, señaló María.
Mientras, Jorge espera que los jóvenes no pierdan la costumbre de caminar al santuario en la festividad de la Mamita de Chapi. “Ojalá que los jóvenes no pierden la costumbre de caminar como antes. Hay que tener motor, motivo y mucha fe. Necesitamos lo básico para el recorrido”, dijo.
No hay temor de perderse en el camino porque la pareja es guiada por la Virgen de Chapi. “Es como la vida misma donde se presentan obstáculos, en este caso le pedí a la virgencita que nos conduzca al santuario y lo hace. Antes pintaban las rocas y todavía se mantiene, se debería fortalecer la ruta y ese trabajo debería hacer el Gobierno Regional de Arequipa”, apuntó.
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