Funda la revista literaria La Espiral y estudia en la University of Manchester. (Foto: Leonardo Cuito)
Funda la revista literaria La Espiral y estudia en la University of Manchester. (Foto: Leonardo Cuito)

La contaminación ambiental ha crecido exorbitantemente en la selva peruana, principalmente en la región de Madre de Dios, un paraíso ahora devastado por la avaricia humana y la corrupción de las autoridades, según explicó el escritor y periodista Martín Ibarrola, quien ha sido testigo del agonizar de la Amazonía. El escritor español llegó a la ciudad de Arequipa para participar del Hay Festival 2023.

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Tu libro, ‘La selva herida’, contiene una notable travesía por la Amazonía peruana, ¿cómo ‘nació’ esa idea?

La idea inicial la tuvo mi amigo, Miguel Gutiérrez Garitano, que estaba persiguiendo la construcción histórica del mito del Paititi, no tanto como una ciudad llena de oro, plata y piedras preciosas, sino cómo se construía una leyenda y todos los procesos históricos. A él se le ocurrió seguir los pasos de Juan Álvarez de Maldonado, que fue uno de los primeros exploradores que trajo las noticias de este reino y recorrer parte de Madre de Dios. Se nos ocurrió que era una buena idea coger un Kayak hinchable y echarnos al río por Alto Madre de Dios, Manu y seguir por el Madeira hacia el Brasil.

¿Cómo has vivido el proceso?

Muchas veces hablamos de deforestación, minería y nos olvidamos del individuo, que es el que vive en primera persona esta serie de conflictos. Madre de Dios es una región con una de las tasas más altísimas de corrupción, entonces los invasores seguían ejerciendo su labor con total impunidad, pero Demetrio Pacheco y su hijo, Roberto Carlos, se hicieron públicos, alzaron la voz y empezaron a denunciar este tipo de situaciones con la mala fortuna que esos invasores decidieron contratar unos sicarios y asesinaron al hijo de Demetrio. Pese a que los invasores continúan en su concesión, Demetrio sigue luchando por ese manejo sostenible del bosque. Los autores del crimen están en libertad. Son historias que me marcan mucho.

¿Tus objetivos cambiaron a medida que explorabas la Amazonía?

Sí, en la estructura del libro, yo utilizo el propio río como mecanismo de avance y se ve en los capítulos, empiezan con un tono un poco más aventurero, de exploración, histórico, de antropología, arqueología, pero a medida que voy bajando, voy descubriendo esta realidad y el título de ‘La selva herida’, es lo que me dejó el final del viaje, llegamos a zonas que se están convirtiendo en pura devastación, eso me termina afectando porque es una selva llena de tesoros, recursos y belleza que está desapareciendo. Luego hay otro asunto, gran parte de la economía depende de esas actividades precisamente, entonces la solución creo que no va por prohibir la minería o deforestación, sino hay que darles las herramientas para que puedan hacerlo de manera sostenible, que merezca la pena.

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¿A qué nivel ha llegado la contaminación por mercurio?

Es grave, hay pocos estudios y se tiene que investigar más. La contaminación por mercurio en minería aurífera está más que probada. Hay diferentes donde ya ha afectado a la fauna y población local (...) hay muchas enfermedades y en Madre de Dios el uso de mercurio sin control es absoluto, pasa a los peces, plantas y animales.

¿Hay mucha indiferencia de las autoridades?

Yo no diría que hay indiferencia de las autoridades, sino corrupción. Eso hay en el Gobierno Regional, en las instituciones forestales, autoridades, la Policía y la Marina, hay una corrupción que impide esas vías alternativas. Mientras la corrupción no desaparezca, no veo que haya una salida fácil.

¿Cómo afecta todo ello a las comunidades nativas de la zona?

Uno de los temas que a mí me quedó un poco pendiente en el libro porque me dio la sensación que no había profundizado suficiente, fue precisamente estas comunidades nativas que están saliendo de la selva, que están en contacto inicial y que se adentran en este mundo conflictivo. Yo he querido volver a este mismo sitio y visitar Yomibato, una comunidad machiguenga, que es la más remota del parque nacional del Manu. Lo que he visto es que están muy olvidados. Desde las políticas públicas, desde el Gobierno, creo que poco se habla muchas veces de los pueblos originarios, poblaciones vulnerables, que hay que protegerlos, se habla mucho de ellos, pero no se les está haciendo caso real.


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